Esta batalla, dirimible en cualquier sector, implica también a una forma distinta de abordar las relaciones entre facultativos y médicos que hasta hoy conocíamos. Para hablar de ello nos acompañaron Ángel Blanco, director de sistemas Quirónsalud, José Francisco Soto, director gerente del Hospital Clínico San Carlos, Oscar Brihuega, CEO de Grupo VIVO Diagnóstico por Imagen, Ignacio López Parrilla, director de relaciones institucionales y desarrollo del negocio de Philips y Mario de la Peña, socio Deloitte digital, moderados por Adolfo Fernández Valmayor, secretario general de IDIS
El cambio de paradigma tecnológico que ha supuesto la proliferación de nuevos agentes, de los smartphones y del llamado internet de las cosas. Todo ello ha revolucionado todos los sectores, incluido el sanitario, al cual se refiere Ángel Blanco, que incide en el formato de los cambios producidos, donde ahora es el paciente el que va al médico y el que demanda más atención y un servicio más personalizado, alejado del paternalismo que ha caracterizado siempre a la medicina. Trato personalizado, transparencia e inmediatez son los tres valores en los que el paciente se refugia ahora para reivindicar su papel activo.
Estas modificaciones también implican inversión en innovación. Para José Francisco Soto esto nos lleva a añadir valor a la actividad sanitaria, no conformándose los profesionales con combatir las enfermedades, sino a ser agentes de salud. De ahí la necesidad de aumentar la eficiencia para que la innovación y sus fondos estén bien aprovechados, incluso en un sector al que los ciudadanos quizás no identificasen como susceptible de ser transformado digitalmente.
El renovarse o morir es una máxima para las empresas sanitarias más vigente que nunca. La innovación como disrupción es la gran baza por la que apuesta Óscar Brihuega, sobre todo en lo referido en la diagnosis de calidad que permita reducir costes eligiendo estrategias sanitarias correctas.
Un mundo, el de las innovaciones, que nunca ha sido ajeno al sector sanitario. La prueba de ello está en que es el sector que más patentes presenta anualmente en Europa, hasta un total 12.000, lo cual nos habla claramente de un sector en perpetuo movimiento y al que se refiere Ignacio López Parrilla, que reivindica la evolución exponencial y no lineal de esta industria, la cual además está sujeta a tecnologías de traslación que nos llevaran de lo individual a lo global.
Pero, ¿es susceptible el mundo de la salud a estas disrupciones tecnológicas? Según Mario de la Peña, sí. Igual que sectores como la industria bancaria o el retail se han visto obligados a modernizarse, la salud también se ha visto en la misma carrera. Tres son para de la Peña los grandes agentes de este cambio: smartphone, big data y blockchain, que serán responsables a medio plazo de una mayor actividad de la teleasistencia, así como herramientas de interacción o agilizadores como las cloud.
Ello lleva a la innegable modificación de la relación con los pacientes, la cual para Ángel Blanco ya ha cambiado. “Nosotros tenemos 600.000 pacientes online, más que en cualquier hospital al año”, remarca el responsable de Quirónsalud. Procesos teleasistidos que pueden ser automatizados y que prescindirán de la presencialidad, beneficiando al paciente y al facultativo.
El interrogante que se abre con esto es: ¿puede la tecnología sustituir al médico? “A corto plazo no”, responde Oscar Brihuega. Pero esa puerta queda abierta a 15 o 20 años aunque el paciente siempre buscará el contacto humano y empático del médico. Lo que sí, a juicio de Brihuega, debe producirse es que se redistribuya el valor de los profesionales a dónde más puedan aportarlo.