La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha hecho un llamamiento para que se plantee la dialéctica parlamentaria «desde la educación y el desarrollo del respeto al contrario, así como desde el rigor y la honestidad intelectual».
«Ojalá dejemos atrás algunas dinámicas que, en mi opinión, están siendo muy negativas para el debate político», ha dicho la vicepresidenta en sus primeras palabras desde la tribuna del Senado, donde ha defendido los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de las administraciones.
Según ha criticado la ministra, los insultos, las descalificaciones, las mentiras, las amenazas no solo incrementan el hartazgo y la desafección de la ciudadanía, sino que «socavan los mismos pilares de la convivencia democrática».
«Por eso les hago un llamamiento sincero, para que podamos plantear la dialéctica parlamentaria desde la educación y el desarrollo del respeto al contrario, desde el rigor y la honestidad intelectual, que nunca pueden estar reñidas con una firme defensa de la posición ideológica de cada grupo», ha reclamado.
Tras horas debatiendo sendos Reales Decretos-ley, Montero ha pedido a los grupos políticos que pongan el interés general de los españoles por encima y por delante de los intereses partidistas. «Se trata de que el debate se desarrolle en los entornos de lo que beneficia a la ciudadanía, no en lo que se saca de rentabilidad política o no por parte de tal o de cual grupo», ha recalcado.
PRESENTA UNA SENDA FISCAL «CREÍBLE Y PRUDENTE»
Montero ha presentado ante los diputados los objetivos de estabilidad presupuestaria de cara a la elaboración del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2024, una cuestión que es «absolutamente prioritaria» para el Gobierno y que se prevé llevar «cuanto antes» ante las Cámaras.
La ministra ha defendido el «firme el compromiso» con la estabilidad presupuestaria y la sostenibilidad de las finanzas públicas, algo que se ha plasmado en una estrategia fiscal «prudente y creíble, a pesar del complejo contexto vivido».
«Hemos aplicado tasas de referencia que han garantizado este proceso a medio plazo y lo más importante, lo hemos hecho compatible con el crecimiento, también apoyándonos en la propuesta en los fondos que vienen de Europa», ha explicado.
La titular de Hacienda ha recordado que España ha logrado reducir el déficit a la mitad, pasando del 10,1% provocado en el año 2020 con motivo de la pandemia, al 4,7% certificado por Europa en el año 2022. En el ejercicio 2023 se espera cerrar en el 3,9%.
«En definitiva, supone rebajar más de 50.000 millones en apenas tres ejercicios, para que luego venga el Partido Popular a dar lecciones a este Gobierno de control de las cuentas públicas déficit o de la deuda», ha afeado a los populares.
Para 2024, el objetivo es que el conjunto de las Administraciones Públicas registren un déficit del 3% del PIB para bajar al 2,7% en 2025 y al 2,5% en 2026.
Este objetivo del 3% para el conjunto de Administraciones Públicas se alcanzaría gracias al mayor esfuerzo que va a realizar la Administración Central para flexibilizar la senda de comunidades autónomas y de entidades locales en tres décimas.
Las comunidades autónomas tendrían un objetivo de déficit del 0,1% para 2024, dejando atrás el equilibrio presupuestario que se recogía en el programa de estabilidad que se remitió en el mes de abril, mientras que la Administración Local ya no tendrá que alcanzar superávit del 0,2% sino que irán al 0,0% y por tanto a equilibrio presupuestario.
SI SE RECHAZA, CCAA Y AYUNTAMIENTOS TENDRÁN MENOS MARGEN DE GASTO
«Creo que es muy difícil justificar un voto en contra de aquellas formaciones políticas que no quieren aprobar estos objetivos de estabilidad. Que estas formaciones se posicionen en contra de esta senda significa menor capacidad de gasto en los territorios, significa que tienen que explicar por qué someten a comunidades autónomas y a entidades locales a una mayor asfixia económica de la que propone el Gobierno», ha señalado la ministra.
También se ha llevado ante la Cámara el plan de reequilibrio para corregir desviaciones presupuestarias producidas por las circunstancias excepcionales que llevaron a la suspensión de las reglas fiscales en 2020 por el impacto de la pandemia. Este plan recoge esa senda de reducción de déficit que supone rebajarlo hasta el 3% del PIB el próximo año.
Asimismo, el Gobierno espera seguir con la senda descendente de la deuda pública y prevé que baje del 106,3% en 2024, al 105,4% en 2025 y al 104,4% en 2026.
MARGEN DE ACTUACIÓN POSTERIOR EN CASO NECESARIO
Por último, y aunque no se vota en las Cortes, Montero ha presentado el límite de gasto no financiero –conocido como ‘techo de gasto’– que asciende en 2024 al récord de 199.120 millones. Según la ministra, este límite es «realista, prudente y consistente» con el proceso de consolidación fiscal.
Además posibilita al Gobierno un margen de actuación posterior en caso de que fuera necesario. «Este Gobierno ha defendido la importancia de adecuar la política de estabilidad presupuestaria al ciclo económico. Siempre hemos defendido adecuar esa política de estabilidad a las necesidades de las empresas, pero también y muy especialmente de la mayoría de nuestro país», ha recalcado.