Javier Calleja (Málaga, 52 años) y Alicia Gutiérrez (Antequera, Málaga, 43 años) forman un combo perfecto. Él es una de las figuras más interesantes del arte contemporáneo; ella, la mayor impulsora de su arte. “Lo mejor de Alicia es su persistencia. Consigue todo lo que se propone”, nos cuenta Javier sobre su pareja y directora de Calleja Studio. Se conocieron hace 20 años en un museo de Málaga y siguen juntos hasta hoy. Él creció rodeado de arte –su tatarabuelo fue el primer profesor de Picasso–; ella siempre tuvo claro en lo que quería trabajar. La apacible vida de esta pareja cambió en 2017 tras una exitosa exposición de Javier Calleja en Hong Kong. Desde entonces su obra se ha disparado y los encargos de celebrities también. Javier y Alicia nos contestan desde Art Basel Miami Beach, donde han acudido a presentar su última colaboración con la firma de porcelanas Lladró. Con ellos hablamos del éxito, la suerte y de cómo ha sido para Alicia abrirse camino en un mundo de hombres.
Alicia, ¿cuál es tu labor como directora de Calleja Studio? ¿Qué es lo que más te gusta y lo que menos?
Llevo los acuerdos, los contratos, las relaciones entre las galerías, los coleccionistas y el equipo de producción. Básicamente coordino todos los proyectos que van a tener lugar en los próximos años con Javier Calleja. Me encanta mi trabajo y es un placer trabajar con Javier que además de ser ahora mismo uno de los grandes artistas del arte contemporáneo también es mi pareja. Es muy fácil trabajar con una persona con el que tienes ese nivel de confianza y complicidad. Lo que menos me gusta es que a veces mi puesto conlleva tener que decir que no muchas veces. Hago un poco de poli malo. Tengo que ser estricta y rigurosa a la hora de aceptar proyectos.
Alicia y Javier, habéis trabajado con muchas marcas. ¿Qué tipo de colaboraciones habéis hecho? ¿Cómo surgió vuestra colaboración con Lladró?
(Alicia) Hemos hecho colaboración en moda con diseñadores internacionales y con ediciones en papel y en toys. Hemos tocado el campo de la decoración y porcelana haciendo maceteros y lámparas. Lladró, una de las marcas más clásicas, ha abierto una nueva línea en colaboración con artistas nacionales. (Javier) Nuestro contacto con Lladró fue a través de un amigo común, Gabi Suárez, de la joyería Suárez de Madrid. A partir de ahí, todo fue más fácil.
¿Cómo ha sido la unión de una marca tradicional como Lladró con el estilo más moderno de Javier Calleja?
(Javier) Desde lejos tenía que saberse que una pieza era de Javier y de Lladró; no ha sido una labor fácil pero sí divertida y muy interesante. Ha sido un trabajo de dos años y creo que lo hemos conseguido. (Alicia) El trabajo que hay detrás es bastante importante pero ha sido un placer poder trabajar con un equipo técnico y tan profesional como Lladró, una marca que a pesar de ser muy clásica ha sabido entender el lenguaje de Javier. El resultado es un híbrido entre las piezas clásicas de Lladró y esos personajes tan reconocibles de Javier.
Alicia, ¿cuál ha sido el momento más gratificante de tu carrera junto a Javier? ¿Y el más complejo?
Gratificantes he tenido muchos. Pero puedo decir que esa primera exposición que tuvo lugar en Hong Kong, en la galería de AISHONANZUKA, en 2017, me provocó mucho orgullo. Ver cómo el trabajo de Javier daba sus frutos después de tantos años de trabajo. Con respecto a lo más complejo te diría que es trabajar en España. Algunas empresas, museos o fundaciones quizá no estén acostumbrados al ritmo de trabajo y al tipo de producción de un artista como Javier Calleja, con un equipo enorme detrás. Somos muy exigentes y es cierto que coger el ritmo que puede tener un artista de este tipo cuesta un poco.
Alicia, ¿es machista el mundo del arte? ¿Ha sido difícil abrirse camino?
Lo es. He vivido momentos muy decepcionantes que cuando superas te hacen más fuerte. Yo lo tengo más complicado porque además de ser studio manager en Calleja Studio también soy su pareja. Y parece que me estoy quejando mucho de España, que no es así porque adoro mi país, pero el trato que he tenido de algunos directivos de algunas fundaciones, empresas o galerías es un poco decepcionante. Me relegan a “la mujer del artista” y parece que mi única misión es acompañarlo en los viajes. Entristece bastante ver, por ejemplo, en una de las últimas exposiciones de Javier, en la que yo era la comisaria, que nadie me tuviera en cuenta y acabar viendo la típica foto donde aparecen siete hombres y una mujer, que por cierto no era yo. Esto no ocurre en otros países. La figura del comisariado es mucho más respetada y saben darle el lugar que corresponde. Quizá es una cuestión de desconocimiento profesional… pero sin duda no deja de ser una falta de respeto.
Alicia y Javier, ¿cuánto de suerte y cuánto de trabajo hay en el éxito de un artista?
(Javier) Yo siempre cuento que Larry Bird, el jugador de baloncesto decía que mientras más ensayaba más suerte tenía. la suerte existe pero hay que jugar y entrenar mucho. Hay mucho trabajo detrás de la suerte. (Alicia) Yo no conozco a ningún artista que sea suertudo por la gracia divina. Hay muchas horas de trabajo y un equipo muy grande. El trabajo de las galerías es también muy importante para posicionar al artista.
Alicia y Javier, ¿cómo ha cambiado vuestra vida desde que llegó el éxito?
(Javier) Intentas ser la misma persona pero cuando la vida cambia tú cambias con ella. Y lo que más cambia es la gestión del tiempo. Ya no dispones de él. No recuerdo la última vez que fui a la playa ni el tiempo que pasas con la familia o los amigos. (Alicia) Creo que seguimos siendo los mismos pero un poco más curtidos. Yo antes era más ingenua. Y sí, echamos un poco de menos improvisar. Tenemos una agenda muy marcada y el poco tiempo libre que tenemos nos gusta descansar en casa con nuestros gatos.
Alicia, ¿cómo conociste a Javier?
Hace casi 20 años cuando terminé mis estudios de Historia del Arte, y comencé a trabajar en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Yo era una chica de sala, dos horas todos los días a mediodía y Javi era asistente de artistas, montaba exposiciones. Yo tenía pareja en ese momento pero me enamoré locamente. Javi siempre decía que esto no iba a durar y fíjate. Para mí ha sido una suerte. Fue la mano que me sacó de un hoyo. Es lo mejor que me ha pasado.
Alicia, ¿cuándo y por qué empezaste a trabajar con Javier?
Volviendo de la expo de Hong Kong, en el avión, me di cuenta de que venían curvas. Teníamos una lista de espera de más de 100 personas. Nos dimos cuenta de que Javi necesitaba ayuda y de que llevaba mucho tiempo trabajando en galerías, museos y había tenido una empresa de conciertos, muy pequeñita y en ese momento decidimos que era la hora de trabajar juntos y sumar. Al principio con mucho miedo porque nunca sabes cómo va a ser eso de trabajar con tu pareja pero ha sido el que más me ha enseñado, más me ha volarado y cada día confía más y apuesta por mí. He tenido muchísima suerte. Me siento muy afortunada de trabajar con él.
Alicia y Javier, ¿os da respeto trabajar en pareja?
(Javier) Más bien respeto mucho trabajar con mi pareja. (Alicia) Me hace ser más persistente y exigirle lo máximo para que su nombre y su trabajo estén en el lugar donde tienen que estar.
Alicia y Javier, ¿por qué y cómo empezaste en el mundo del arte?
(Javier) Porque me di cuenta de que en este mundo solo hay una vida y lo que no hagas en esta vida no lo vas a hacer en la otra. Y esto fue hace más de 25 años. Estudié Bellas artes y pensé: quiero que el arte sea lo principal en mi vida y todo girará en función a esa dedicación y ese sueño. (Alicia) Estudié historia del arte, terminé con 23 años y tuve la suerte de que mi primer trabajo fue en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC). Luego pasé a sala, a recepción, con los años pude ser coordinadora de exposiciones, trabajé en festivales de cine… Tenía muy claro que me gustaba el arte contemporáneo, que no quería ser docente. Y he tenido suerte porque he trabajado en muchos campos diferentes del arte y seguimos aprendiendo a diario.
Málaga es ahora una ciudad culturalmente muy activa. ¿Cómo era cuando empezaste?
(Javier) Una ciudad que no tenía facultad de Bellas Artes, no tenía apenas museos, pero tenía unas infraestructuras turísticas que hacían la ciudad muy ágil. Teníamos el AVE, el aeropuerto internacional y podías desayunar en Málaga y almorzar en París. Luego llegó todo. Museos, cultura… Eso lo hizo todo más fácil. (Alicia) Cuando comencé fue el inicio de la creación de los primeros museos más importantes, el Museo Picasso, el CAC, luego llegó el Centro Pompidou, el museo San Petersburgo, el museo Carmen Thyssen. Al principio se hacía difícil porque había pocas opciones para buscar trabajo. Había 3 galerías de arte sin mucha proyección, pero la labor que se ha hecho me hace estar super orgullosa de mi ciudad porque estos museos han generado que haya una red artística muy reconocida a nivel internacional y además los malagueños y los jóvenes están acostumbrados a consumir arte. Los niños que iban a los museos con el colegio ahora son adultos que llevan a sus hijos.
Javier y Alicia ¿Hay artistas en vuestra familia?
(Alicia) Mi abuelo Juan era ingeniero de minas y caminos y pintaba muy bien. Recuerdo mis veranos en Tenerife, viéndole pintar al oleo. Mi tío José, que era arquitecto, también empezó a pintar y en Canarias tenía algo más de nombre. Pero eran amateurs. (Javier) Mi abuelo era un pintor malagueño, y mi tatarabuelo fue el primer profesor de Picasso. El padre de Picasso le pidió que le diera clases a un hijo suyo que parecía que iba a pintar bien. Y es verdad que yo he crecido con cuadros, pintura y artistas; también tengo una tía bailaora… He crecido rodeado de arte. (Alicia) Yo he hablado de mis seniors, pero en Calleja Studio tenemos a mi sobrina, Cristina, que a parte de ser una chica totalmente espectacular a nivel de gestión, estudió Bellas Artes, hace cerámica, pinta, y además, canta. ¡Es una artista del Renacimiento!
Hay celebrities entre vuestros compradores.
(Alicia) No me gusta nunca contestar porque soy muy cautelosa a la hora de revelar las coleccionistas que adquieren una obra de Javi. Artista de Hollywood, cantantes internacionales, hay dj ‘s, corredores de Formula 1, hay futbolistas y actores nacionales conocidos. Y lo más importante, hay muy buenos museos y colecciones que es lo que más nos interesa. Que la obra esté posicionada en una colección de renombre nos llena más de orgullo que una celebrity.
Javier ¿En qué momento pensaste: hemos triunfado?
No me ha llegado todavía ese momento. Es verdad que hay éxito, pero el triunfo es una labor de vida. Si soy capaz de vivir 50 años más, al final diré: Hemos triunfado. En la vida además o triunfas o aprendes. No hay fracaso. Es una parte del aprendizaje.
Alicia, ¿qué características destacarías de Javier?
Tiene una mente brillante y es muy creativo. Es muy perseverante y tiene muy buen carácter. Tenía muy claro lo que quería, donde quería llegar. Es una persona muy trabajadora y que piensa más en los demás que él. Es un ejemplo donde mirarme.
Javier, ¿qué características destacarías de Alicia?
Su paciencia. Aunque lo mejor es su persistencia. Cuando quiere algo lo consigue.
Javier, ¿de qué manera te ha ayudado tu formación como gimnasta en tu trayectoria como artista?
Bastante, porque los gimnastas aprendemos a concentrarnos en una meta, a tener disciplina, a tener paciencia y a trabajar duro. Si todo eso lo aplicas al arte te ayuda mucho a llevarlo mejor.
¿Qué consejo práctico le darías a alguien que va por primera vez?
(Alicia) La oferta es tan grande que puedes acabar embriagado. Aconsejo que vayan a las ferias satélite porque hay muchos artista nuevos. Es un momento de celebrar y disfrutar el arte. (Javier) Que se dé un paseo tranquilo, se deje llevar por su intuición, su emoción y se deje los prejuicios en casa. ¡Que se divierta!