¿Tus trabajadores o colaboradores han dejado de alcanzar los objetivos mensuales? ¿Llegan tarde con asiduidad? ¿Se muestran desganados y poco proactivos? ¿No establecen lazos entre ellos y son reacios al trabajo en equipo? Cuidado. La desmotivación laboral es una enfermedad crónica que puede causar en tu empresa auténticos estragos si no se toman medidas a tiempo. Y, además, te está costando dinero.
Por poner un ejemplo, el absentismo laboral y las enfermedades como la depresión derivadas de la falta de motivación cuestan a las compañías estadounidenses unos 250.000 millones de dólares al año.
La buena noticia es que la enfermedad tiene cura, y además, puede no costarte dinero. Y es que lo interesante es que la motivación de los trabajadores no pasa necesariamente por un aumento salarial, ya que en poco tiempo, cuando se acostumbren a su nuevo sueldo, probablemente vuelvan a caer en la desidia. La mayoría de veces lo que hace verdaderamente felices a los empleados es gratis: un plan de carrera definido, las opciones de crecer dentro de la empresa un liderazgo sano y motivador, el sentirse una parte esencial de la organización a la que pertenecen y que su trabajo es valorado y considerado necesario o la flexibilidad de horarios suelen ser los factores que más nombran los trabajadores cuando se les pregunta qué valores aprecian verdaderamente de la compañía en la que desarrollan su labor.