Es crucial ser capaz de coexistir en un ambiente positivo cuando te encuentras dentro de un equipo de trabajo. Un ambiente donde la cooperación y la colaboración se lleven por bandera. La mayoría de las personas intentan al máximo complacer a los demás, llevarse bien, trabajar duro y conseguir realizar todas las tareas. El tipo de personalidad que tiene una persona es un gran indicador de éxito o de fracaso. Los optimistas, los trabajadores, las personas fáciles son personalidades fáciles de manejar, y en general personas con las que se trabaja muy bien.
Pero la vida no es de color de rosa, y seguramente la mayoría de vosotros os habéis cruzado con una o dos personas en vuestro trabajo cuyas personalidades hacían el trabajo prácticamente imposible. Estas son algunas de las personalidades más difíciles de manejar:
El casi genio
Es una persona con el potencial para ser fantástico. Son capaces de tener éxito en casi todo en lo que ponen un poco de interés. Son amigables, humildes y superestrellas potenciales, hasta que se aburren de serlo. Cuando este tipo de personalidad pierde el interés en algo, fallan a la hora de completar las tareas. Este es exactamente el problema a la hora de trabajar con ellos. La consistencia en sus tareas nunca va a estar asegurada con ellos. Por ello, lo mejor es evitar darles las tareas más cruciales. Este tipo de personalidad demuestra todo su potencial en las tareas más creativas.
El anarquista
Al llevar la rebelión por bandera, puede ser muy exasperante el hecho de trabajar con ellos. Este tipo de comportamiento es totalmente impredecible, nunca sabes por donde van a salir, y en ocasiones puede resultar muy incómodo. Este tipo de personas pueden tener problemas a la hora de socializar. Si se aburren pueden crear problemas de forma intencional.
El dramático
Todo el mundo prefiere tener el menor drama posible en sus vidas, y luego están esas personas que lo buscan o lo crean. Este tipo de personas siempre tienen que estar en el foco de atención y se sienten destrozados si no lo estan. Para asegurarse de que van a contar con esta atención, actúan de alguna forma inesperada. Son personas fáciles de influenciar que buscan la aceptación y la validación por parte de las demás.
El narcisista
Mantienen y promocionan una imagen totalmente falsa de lo que en realidad son. Dependen de los cumplidos y del aprecio de todas las personas de su entorno. Esperan que todo el mundo, sobre todo las personas más cercanas, estén pendientes de ellos todo el tiempo. No pueden entender que alguien no haga todo lo posible en su mano para hacerles sentir bien.
Si quieres explorar más sobre este asunto, desde Forbes te dejamos otro artículo que te puede interesar.
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