El martes se presentó una nueva demanda colectiva contra OpenAI y Microsoft, por presunto «robo desenfrenado» de obras de autores. En concreto, alega que las empresas han entrenado el chatbot de IA ChatGPT y sus versiones posteriores con material protegido por derechos de autor de obras de autores de no ficción y revistas académicas sin su consentimiento.
La demanda llega en un momento en el que OpenAI se encuentra en estado de agitación, con la abrupta destitución de su anterior CEO, Sam Altman, y unos 750 empleados que amenazan con abandonar la empresa si Altman no es readmitido. Los inversores de la empresa también están considerando demandar al consejo de administración de OpenAI por el desenlace de los acontecimientos en el gigante de la IA, según un informe de Reuters.
El principal demandante de la demanda es Julian Sancton, autor del bestseller del New York Times Madhouse at the End of the Earth: The Belgica’s Journey Into the Dark Antártida. Sancton pasó cinco años y decenas de miles de dólares viajando por todo el mundo para completar la investigación para el libro, afirma la demanda. En respuesta a una pregunta, ChatGPT confirmó que el libro de Sancton formaba parte del conjunto de datos utilizado para entrenar al chatbot, según la demanda presentada por el bufete de abogados Susman Godfrey LLP.
Sancton y otros miles de escritores no dieron su consentimiento ni fueron compensados por el uso de su propiedad intelectual en el entrenamiento de la IA, señala la demanda. Su demanda también destaca que Microsoft y OpenAI han comercializado sus modelos de IA, obteniendo miles de millones de dólares de ingresos a través de productos como BingChat y ChatGPT Enterprise.
«Los autores de no ficción suelen pasar años concibiendo, investigando y escribiendo sus creaciones. Mientras OpenAI y Microsoft se niegan a pagar a los autores de obras de no ficción, su plataforma de IA vale una fortuna. La base de la plataforma OpenAI es nada menos que el robo desenfrenado de obras protegidas por derechos de autor», afirma la demanda.
Esta es otra de las demandas relacionadas con los derechos de autor a las que se enfrentan actualmente OpenAI y Microsoft. En septiembre, famosos literatos como el guionista Michael Chabon, la periodista Rachel Louise Synder, el escritor de ficción Matthew Klam y otros presentaron una demanda similar contra OpenAI por infracción de derechos de autor. En el último año, la empresa también ha sido demandada por artistas y creadores por ingerir sus obras para entrenar diversos sistemas de IA con el fin de generar nuevos tipos de contenidos. Sin embargo, esta demanda se diferencia de otras en que es la primera demanda colectiva relacionada con ChatGPT que cita a Microsoft como demandado.
«Los modelos de los demandados se calibraron (o «entrenaron») reproduciendo un corpus masivo de material protegido por derechos de autor que incluía decenas o cientos de miles de libros de no ficción», dice la demanda.
En respuesta a anteriores acusaciones similares sobre derechos de autor, OpenAI ha afirmado que el contenido generado por ChatGPT no constituye una «obra derivada» y, por tanto, no supone una infracción de los derechos de autor. Microsoft no respondió inmediatamente a la petición de Forbes y OpenAI declinó hacer comentarios sobre litigios pendientes.
*Reportaje de Rashi Shrivastava