Opinión Eugenio Mallol

El tiempo de los valientes

Los innovadores encuentran en los tiempos de incertidumbre el entorno adecuado para romper el statu quo, las historias de disrupción forman parte de nuestro patrimonio cultural.
Personal de sala del evento de celebración de la gala de los 50 años de AMETIC.

Uno de los grandes innovadores españoles del último medio siglo es José Antonio Pérez Nievas. A mediados de los 80 compró la división de radares de CECSA, empresa creada por Enric Masó, exalcalde de Barcelona, ubicada en Torrejón de Ardoz. Tenía un acuerdo de tecnología con la norteamericana Hughes (la principal empresa de satélites del mundo era Hughes Aircraft). Howard Hughes, a quien Leonardo di Caprio dio vida en El aviador de Scorsese, era el Elon Musk de la época.

Pérez Nievas fundó CECSA Sistemas Electrónicos (Ceselsa), incorporó a profesionales brillantes y desafió al Gobierno: sería capaz en poco tiempo de adjudicarse, con innovación, la parte dedicada a radares del plan SATCA para la modernización de los aeropuertos españoles. Movilizó a universidades y a otras empresas, y lo consiguió. Ceselsa se convirtió en el competidor principal por los contratos del Ministerio de Defensa de Inisel, compañía del INI (Instituto Nacional de Industria).

En los últimos años de aquella década, sin embargo, el Ministerio de Defensa cortó en seco los concursos y, después de unas largas negociaciones, en 1992, a Pérez Nievas no le quedó otra opción que fusionar Ceselsa con Inisel. La compañía resultante se llamó Indra. Afortunadamente, de la mano de su primer presidente, Javier Monzón, la filosofía abierta a la innovación y a la tecnología propia de Ceselsa se ha mantenido como imperante en ella.

Ha sido delicioso conocer de boca de los protagonistas, de figuras como Joan Majó, Josep Maria Vilà, Enrique Gutiérrez, Jesús Banegas, José Manuel de Riva y, por supuesto, Pedro Mier, las historias de innovación en el sector de la electrónica profesional y de consumo, las telecomunicaciones y la informática. Forman ya parte de nuestro patrimonio cultural y hay que reivindicarlas, como hizo recientemente Ametic en la celebración de su 50 aniversario.

Nos encontramos, como en los 80, en un tiempo para valientes. “Me encanta la incertidumbre, es el agua en la que me gusta nadar. En los entornos de certidumbre, empresas como la nuestra tenemos muy poco que hacer, porque las grandes nos pasan como rodillos. En la incertidumbre es cuando realmente sacamos todo nuestro potencial”, me comentó el CEO de la zaragozana Fersa, Carlos Oehling. Acaba de inaugurar su Fersa Lab, para hacer I+D.

En el último Foro de Davos, se pudo ver dos tipos de CEO: el que iba con una actitud defensiva, pensando en cómo capear estos años de precios altos, de incertidumbre energética, de problemas para acceder a materias primas, de explosión de la inteligencia artificial; y el que iba con una actitud más ofensiva, intrigado por cómo liderar en un tiempo de incertidumbre, un periodo en el que, de nuevo, va a haber grandes oportunidades.

Recientemente, era perceptible esa misma sensación en el Garnter IT Symposium Xpo de Barcelona. No ha desaparecido aún, probablemente se ha agravado. El COO EMEA de Salesforce, Kenneth Jakobsen, lo expresaba así: “muchos clientes están pensando en cuál es el siguiente paso correcto”. Esta frase retrata a la perfección, en su sencillez, el momento actual.

“El 90% de los presentes hemos tomado un avión para venir a Barcelona, y en el avión la IA tiene un peso evidente, ¿erais escépticos al respecto? Estamos tranquilos porque sabemos que hay una persona en la cabina de pilotos. Debes tener un socio o unos partners en los que confíes. Todo depende de la confianza”. Cómo no, Kenneth.

Se suele decir de España que es un país con tendencia a la estrategia reactiva y menos a la prospectiva. Pero este es el tiempo de los valientes, de los que se atreven, de los Pérez Nievas. La Cátedra Ciencia y Sociedad de la Fundación Rafael del Pino ha reunido en su informe “Diez tecnologías para impulsar España” la visión de 15 personas en las que se puede confiar sobre ámbitos listos para que se aventuren los valientes.

Se trata de once científicos de primer nivel (siete de ellos Premios Nacionales de Investigación), nombres propios como Manuel de León, Laura Lechuga, Pablo Artal, Nuria Oliver, María Blasco, Javier García Martínez (director de la cátedra) o María José Alonso. Y están también personas vinculadas al mundo de la empresa, o a medio camino entre ésta y la universidad como el exCIO de Repsol, Fernando Temprano, la ex directora de Indra y actual consejera independiente, Emma Fernández, o el Premio Nacional de Innovación Francisco Marín.

Por primera vez, el informe se enfoca no tanto desde la perspectiva de las tecnologías como de los ámbitos de la economía y la sociedad que demandan innovación. En un país tan próximo a la moda como España, con empresas de renombre internacional, los expertos ven enormes oportunidades en los textiles de nueva generación. También se pueden explorar oportunidades en la extinción de incendios o la construcción del hogar del futuro.
En el cruce de las tecnologías digitales y el imperativo de la sostenibilidad, los valientes españoles tienen enormes posibilidades de hablar con voz propia. El informe abunda en los reactores modulares pequeños para la energía nuclear y la transformación que pueden experimentar los sistemas nacionales de salud con las tecnologías de diagnóstico inteligente.

¿Cuál es el siguiente paso correcto?, respondiendo a la pregunta de Kenneth Jakobsen: dotarse de la mejor información. Los innovadores del sector TIC e informático español homenajeados por Ametic tuvieron una sólida cultura científico-tecnológica. Josep Maria Vilà, exdirector general de los Juegos Olímpicos, se nutría de ideas en su juventud en conversaciones furtivas con intelectuales franceses.

El informe de la Cátedra Ciencia y Sociedad hace un ejercicio de destilado a partir de más de 500 referencias que remiten a informes, papers y artículos. No existe nada similar en lengua española (tampoco en inglés). Es el conocimiento el que da confianza a los valientes, a los que se atreven porque saben hacia dónde van.