El 29% de la población de América Latina, alrededor de 181 millones de personas, se encontraban en situación de pobreza al cierre de 2022, lo que suponen 1,2 puntos porcentuales menos que antes del inicio de la pandemia de Covid-19, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Asimismo, según se recoge en su informe ‘Panorama Social de América Latina y el Caribe 2023: la inclusión laboral como eje central para el desarrollo social inclusivo’, la pobreza extrema disminuyó al 11,2% de la población de la región, manteniéndose en niveles similares a 2019, y alcanzando a unos 70 millones de personas.
El documento, que ha sido presentado este jueves por el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs, destaca además la reducción de la desigualdad de ingresos medida por el índice de Gini y la recuperación del empleo.
No obstante, la Cepal advierte que la tasa de crecimiento del PIB esperada para 2023 en América Latina y el Caribe, del 1,7% no permite prever nuevas mejoras en materia de pobreza en la región para este año. «Aunque destacamos la reducción de la pobreza en 2022, no hay razones para celebrar», ha lamentado el responsable del organismo.
BAJA CREACIÓN DE EMPLEO
Por su parte, la creación de empleo entre 2014 y 2023 ha sido la más baja desde la década de 1950. En 2020, durante la pandemia, la creación de empleo disminuyó 8,2%, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años.
Del universo de 292 millones de personas ocupadas en la región, una de cada dos se encuentra en empleos informales, cerca de un quinto vive en situación de pobreza, 4 de cada 10 posee ingresos laborales inferiores al salario mínimo y la mitad no cotiza en los sistemas de pensiones, según las cifras divulgadas en el informe.
Si bien se observa una mejora en ciertas dimensiones de los mercados laborales entre 2020 y 2022, la región vive una crisis «en cámara lenta» en materia de inclusión laboral, entendida no solo como la inserción laboral sino también como las condiciones en que se accede al empleo en el mercado laboral.
En este sentido, la Cepal valora como «fundamental» la inserción en el trabajo remunerado, aunque no es suficiente para alcanzar la inclusión laboral. En añadido, se requiere acceso a trabajos productivos, bien remunerados y con acceso a la protección social, en particular para las mujeres y las personas jóvenes.
De igual forma, el estudio indica que las personas migrantes han aumentado su presencia en los mercados de trabajo de la región, contribuyendo con ello a la economía y sociedad de los países de destino. No obstante, tienden a experimentar mayores dificultades para la inclusión laboral, por sus condiciones laborales más precarias e inestables, que se agravan por las condiciones de irregularidad.
DESIGUALDAD ELEVADA
En lo que se refiere a la desigualdad de ingresos, esta sigue siendo «muy elevada», tal y como ha apuntado la Cepal, aunque ha disminuido en 2022 hasta niveles inferiores a los registrados en 2019.
El decil de ingresos más altos percibe un ingreso que equivale a 21 veces el del decil de menores ingresos de América Latina. «En 2021, la riqueza de solo 105 personas representó casi el 9% del PIB regional», subraya la institución.
«La región sigue sumida en una doble trampa estructural de bajo crecimiento y altos niveles de pobreza y desigualdad. No es posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción y viceversa», ha remarcado José Manuel Salazar-Xirinachs.