Sistema 1: el visceral
Este sistema es principalmente emocional e intuitivo. En él, los procesos cognitivos tienen lugar en la amígdala y otras partes del cerebro también primitivas. Este es el sistema cotidiano, gracias al que tomamos decisiones rápidas y el que nos hace reaccionar rápidamente a situaciones de peligro, miedo, estrés… Es, por así decirlo, el sistema de la supervivencia.
En épocas históricas pasadas, este sistema era la mejor forma de gestionar las emociones ya que la supervivencia era prácticamente la finalidad de cada uno de los días. Sin embargo, en la vida moderna, las decisiones precipitadas y viscerales no son siempre las más acertadas por muy auténticas y verdaderas que parezcan.
Sistema 2: el racional
Este sistema es el que refleja nuestro lado más racional, el pensamiento que se concentra alrededor de la corteza prefrontal del cerebro, una parte menos primitiva que se desarrolló con posterioridad a las citas en el sistema 1. La evolución de la sociedad hacia la convivencia en grupos cada vez más grandes propició el desarrollo de este sistema, ya que ayuda a manejar situaciones más complejas como las relaciones interpersonales, la probabilidad o los patrones de pensamiento.
Este sistema es más agotador que el primero, puesto que se activa conscientemente y, a menudo, más intencionadamente, lo que supone un esfuerzo mental mayor. No obstante, la formación psicológica y motivación adecuadas ayudan a que los procesos racionales sean menos agotadores y ayuden a evitar los errores del otro sistema más sencillamente.