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¿Puede la SEC impedir que la quebrada FTX venda millones de criptomonedas a la semana?

Con los mercados de criptomonedas al alza, la fallida plataforma de intercambio se prepara para vender miles de millones de activos digitales que tenía en sus arcas. Eso es estupendo para los clientes, pero problemático para los reguladores.
El actual consejero delegado de FTX, John Ray, y el presidente de la SEC, Gary Gensler, podrían verse enfrentados por el plan de la plataforma de intercambio de vender criptomonedas para pagar a sus acreedores. (Ilustración: Cecilia Zhang para Forbes; Fotos: Nathan Howards/Stringer/Getty Images; Win McNamee/Getty Images)

Ha pasado un año desde la quiebra de FTX, tiempo suficiente para que los fiscales estadounidenses condenaran a Sam Bankman-Fried, su fundador. Aunque eso puede consolar a cerca de un millón de acreedores con fondos inmovilizados en la quiebra de la empresa, lo que sería mejor es recuperar parte de su dinero.

La actual dirección de FTX, a cargo de su consejero delegado John Ray, ha recuperado más de 7.000 millones de dólares de los 8.700 millones que faltaban en un principio, y la empresa tiene activos suficientes para pagar a los clientes la mayor parte de lo que se les debe. Según el análisis de Forbes, FTX tiene unos 2.600 millones en solana y bitcoin y otros 1.700 millones en otras criptomonedas. En septiembre, la empresa recibió la aprobación judicial para empezar a liquidar las criptomonedas recuperadas y ha transferido más de cien millones en solana a las principales bolsas, como Binance, Coinbase y Kraken; este tipo de transacciones suele ser señal de que el propietario de una criptomoneda se dispone a vender.

Brian Armstrong, director ejecutivo de Coinbase, mantiene un pulso con la SEC sobre la legalidad de las operaciones de su firma según la legislación vigente. (Foto: Jame Toppin para Forbes)

Hay un posible obstáculo, y es grande. A la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) no le gusta el comercio de criptomonedas tal y como se practica actualmente en Estados Unidos. Ha demandado a Binance y Coinbase, alegando que actúan como bolsas financieras cuando no tienen licencia para ello y que los activos digitales que cotizan son valores no registrados. La SEC afirma que las plataformas de intercambio deben entrar en su ámbito de regulación y que la mayoría de las criptomonedas existentes deben considerarse valores no registrados.

La agencia ya ha intervenido en un caso de quiebra, objetando el plan de Voyager Digital en marzo para vender cripto en la filial estadounidense de Binance, y aunque el juez de ese caso no estuvo de acuerdo, es posible que el regulador lo intente de nuevo con FTX.

Un portavoz de la SEC declinó hacer comentarios sobre la postura de la agencia, y FTX no respondió cuando se le preguntó por correo electrónico sobre la transacción.

Si la SEC debe encargarse de las criptomonedas es una cuestión abierta. El Congreso ha sido incapaz de decidir cómo tratar una clase de activos que existe desde hace sólo quince años, y aunque hay varias demandas en el sistema judicial que podrían decidir la cuestión, ninguna se resolverá a tiempo para aclarar el caso de FTX.

Irónicamente, esto deja al regulador con la posibilidad de retrasar los pagos a los clientes a los que no protegió antes de la quiebra de la bolsa. Esto plantea dos preguntas: ¿intentará la SEC entorpecer el plan de liquidación? Si lo hace, ¿puede tener éxito?

A falta de una orientación legislativa clara, la SEC ha recurrido a medidas coercitivas y mociones judiciales para intentar controlar el sector de las criptomonedas.

Junto con sus demandas de junio contra Coinbase y Binance, la agencia ha emprendido acciones contra empresas que considera que recaudaron dinero de forma ilícita a través de la venta de tokens digitales. El ejemplo más destacado es su demanda contra Ripple Labs, con sede en San Francisco, en diciembre de 2020, después de que la empresa recaudara 1.300 millones de dólares a través de la venta durante varios años de un token llamado XRP.

Luego está el caso Voyager, en el que el regulador se opuso a una propuesta de venta de criptoactivos de la firma en quiebra a la filial estadounidense de Binance. La preocupación de la SEC era que los tokens que se iban a transferir constituían valores, que ninguna de las dos empresas estaba registrada para manejar.

En ese caso, el juez Michael Wiles consideró prioritario devolver los fondos a los clientes. «Usted viene aquí y me dice», dijo a los abogados de la SEC, «que debo parar los pies a todo el mundo porque usted puede tener un problema». Añadió que el «Código de Quiebras no contempla un periodo de tiempo interminable» y aprobó la venta.

Pero Binance.US se echó atrás en la transacción en abril, alegando un «clima regulador hostil e incierto en Estados Unidos», y la sentencia de un juez de primera instancia no sienta precedente. Para la SEC, esta vez hay más en juego, ya que FTX es una de las mayores y más sonadas quiebras de la historia, y no impugnar la venta podría verse como una admisión de que la postura anticripto de la agencia no es defendible.

Hasta ahora, los planes de liquidación parecen seguir adelante sin tener demasiado en cuenta la perspectiva de la SEC. En septiembre, el juez John Dorsey aprobó un plan para que FTX liquidara hasta cien millones de dólares de cripto a la semana. En abril, la empresa firmó un contrato con Galaxy Digital Asset Management, dirigida por el criptomillonario Mike Novogratz, para supervisar la liquidación ordenada de los activos de FTX. Galaxy, que es un corredor de bolsa registrado en la SEC de EE UU, tiene un mandato que le obliga a garantizar la mejor ejecución de las ventas.

La mejor ejecución puede significar muchas cosas en el mundo de las finanzas, pero en este contexto se refiere a una plataforma que puede digerir grandes cantidades de tokens sin mover demasiado el precio al contado. Esto es más fácil de decir que de hacer, ya que el mercado sabe que FTX tiene más de cien millones de dólares en solana para vender en este momento y órdenes de magnitud más que estarán disponibles en los próximos años. Los inversores más avispados podrían tratar de vender sus propias reservas ahora para adelantarse a las caídas de precios previstas, lo que perjudicaría a los acreedores. Galaxy declinó hacer comentarios sobre posibles conflictos con la SEC o sobre su estrategia de liquidación, pero es probable que eligiera Binance, la mayor bolsa de criptomonedas del mundo, junto con los líderes estadounidenses Coinbase y Kraken para llegar a los mercados más líquidos, tal y como exige el acuerdo con FTX.

Un portavoz de Kraken dijo: «No hacemos comentarios sobre transacciones específicas, pero nos complace que las plataformas de intercambios puedan desempeñar un papel en hacer que los usuarios de criptomonedas estén completos.» Coinbase no respondió a una solicitud de comentarios, pero una fuente familiarizada con la firma dijo que «se podría argumentar que al autorizar estas ventas, el tribunal está reconociendo implícitamente que las ventas podrían y deberían tener lugar legalmente aquí en los EE UU fuera de la competencia de la SEC. El tribunal es muy consciente de que si aquí hubiera dudas sobre la legalidad, tendría que considerarlas, y aun así obviamente sigue adelante».

Un posible compromiso sería ampliar a solana y ether el tipo de tratamiento que reciben las acciones de fideicomisos de colocación privada. Estos fideicomisos pueden ser adquiridos por inversores cualificados. Un abogado del sector, que solicitó el anonimato, señaló que una posibilidad sería que FTX y Galaxy vendieran los tokens al amparo de varias exenciones de la SEC, como no permitir que los clientes estadounidenses se beneficien o vender sólo a inversores acreditados, pero estas medidas limitarían el mercado de los activos, socavando el objetivo de lograr el máximo valor para los inversores. Aún más problemático es que Galaxy probablemente tendría que conseguir estos clientes por sí misma. Coinbase y Kraken no podrían admitir este tipo de ofertas.

Pocas plataformas en EE UU están preparadas para vender activos digitales con una gran cantidad de restricciones. Lo más parecido son los sistemas de negociación alternativos, pero no está claro si estas plataformas pueden realmente cotizar criptomonedas porque no hay forma de que se registren en la SEC. Prometheum, la primera y única empresa de criptomonedas que ha recibido una licencia de agente de bolsa con fines especiales (SPBD, por sus siglas en inglés) de ese organismo, sostiene que existe un camino para cotizar los activos digitales de forma conforme. Sin embargo, aún tiene que entrar en el negocio de la negociación de activos digitales.

El congresista Ritchie Torres (demócrata de Nueva York), favorable a las criptomonedas, llegó incluso a cuestionar si la concesión de la licencia Prometheum SPBD durante el verano fue una estratagema política de la SEC en lugar de un esfuerzo significativo por asimilar los activos digitales a la actual arquitectura reguladora. «Prometheum no parece ser más que una plataforma Potemkin, que opera como un oportuno tema de conversación para los críticos de las criptomonedas en lugar de una verdadera plataforma de negociación para los clientes de criptomonedas», escribe Torres en una carta dirigida al presidente de la SEC, Gary Gensler, en julio, en referencia a las legendarias fachadas de negocios en Rusia destinadas a engañar a la gente haciéndoles creer que había pueblos reales detrás de ellas.

Es probable que las ventas de las participaciones criptográficas de FTX comiencen en los próximos días o semanas y continúen durante el invierno, y está por ver si la SEC planteará alguna objeción. Es probable que el personal de la agencia esté preocupado por sus casos contra Binance, Coinbase y Ripple, así como por la revisión de las múltiples solicitudes de ETF de bitcoin que tiene ante sí.

Sin embargo, una cosa parece estar clara: si el regulador decide intervenir en las liquidaciones de criptomonedas de FTX, será mejor que presente un caso sólido, porque los jueces federales no tienen paciencia para las objeciones de marcadores de posición. Al desestimar las preocupaciones de la SEC en el caso Voyager, el juez Wiles dijo: «Tengo la sensación de que esta objeción se ha hecho como una especie de tapadera, para poder decir más tarde que veremos si planteamos estas cuestiones».

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