¿Qué reto clave se plantea Abertis para mantener esa posición?
Seguir creciendo. Nuestro negocio requiere por definición la continua inversión puesto que las concesiones tienen una fecha cierta de vencimiento. En este sentido, es importante poder combinar concesiones rentables y maduras con otras nuevas que permitan alargar la vida media de nuestro portafolio. Hoy Abertis presenta una sólida cartera de activos, pero debe seguir fortaleciéndose a través de nuevas adquisiciones y/o nuevos proyectos.
Una de vuestras batallas es conseguir que se imponga el pago por uso de las autopistas. ¿Cómo lo ve de cara a un futuro cercano?
El debate no es si las carreteras se pagan o no se pagan –no hay nada gratis total– sino quién las paga. Y creo que el modelo más justo es aquel en el que el que usa paga, de manera que los recursos de la Administración se puedan destinar a otras prioridades del Estado del Bienestar. ¿Es lógico que una persona que no conduce pague lo mismo que otras que sí usan el coche? Confiamos en que pueda haber una voluntad política para que el concepto del pago por uso, tan interiorizado en países como Francia, Italia o Alemania, se entienda en España en un futuro cercano.
En relación a las autopistas españolas, la inestabilidad política no acompaña a la hora de tener unas buenas perspectivas. ¿Cómo está la situación actual?
La dificultad de extender el concepto del pago por uso en España no viene derivado tanto de la inestabilidad política como de la falta de homogeneidad del modelo en nuestro país. Los ciudadanos no entienden que en un país puedan convivir vías de alta capacidad que en una parte del territorio se paguen con cargo a los presupuestos del Estado, y en otras partes se financien a través de un sistema de pago por recorrido. La homogeneización del sistema permitiría racionalizar el debate político y social.
Los españoles quizás no están acostumbrados a pagar (o prefieren no hacerlo) en las autopistas. ¿Se hace necesario un trabajo de cierta mentalización?
No es una cuestión de estar o no acostumbrados a pagar. Como te decía, creemos que si el sistema fuera homogéneo en todo el país, podría alcanzarse un acuerdo político y social para que los usuarios ayudaran a sostener el mantenimiento de las carreteras por las que circulan, con independencia de su nacionalidad o de dónde pagan sus impuestos. ¿Es justo que los contribuyentes españoles ayuden a través del peaje a la financiación de las carreteras europeas por las que se mueven; y que en España, los que no son contribuyentes se beneficien de manera gratuita de unas vías de alta capacidad seguras y modernas?
Miremos hacia el futuro, ¿se llegará en algún momento a una privatización total de las autopistas?
Es importante destacar que las autopistas en España no son privadas en ningún caso sino que son propiedad de la Administración pública, ya sea el Ministerio de Fomento o las comunidades autónomas. Cuando una administración confía a una empresa la concesión de una carretera, no privatiza el activo, sino la gestión de un bien público, lo que supone una responsabilidad añadida para la concesionaria privada. La conjunción de inversión en infraestructuras con la iniciativa privada ha reportado grandes éxitos en el pasado y podría seguir haciéndolo en el futuro. En un entorno de restricciones presupuestarias, no se trata de una decisión fácil para un Gobierno pero sí lógica y necesaria.
Recientemente han comprado dos autopistas italianas. ¿Qué camino van a seguir a escala internacional?
Una de las prioridades de nuestro Plan Estratégico 2015-2017 es la del seguir diversificándonos internacionalmente. Con la entrada en Italia, Abertis ya está presente en 13 países, y dos tercios de nuestro Ebitda se generan fuera de España. En los próximos meses seguiremos trabajando de manera activa para entrar en nuevos países en Europa y América.
A medio plazo, ¿contemplan quizás la entrada de nuevos inversores o socios en el grupo Abertis?
Somos una empresa que cotiza en bolsa y que tiene más de un 50% de free-float, de manera que cualquier inversor puede entrar en el Grupo. Este es el caso de numerosos fondos internacionales, como Capital, Lazard o Blackrock, que han consolidado su presencia en nuestro accionariado mostrando su confianza en nuestra gestión.
En cuestión de infraestructuras, ¿se hace necesario un adecuado plan que permita la continua adaptación al entorno?
Las infraestructuras son vitales para la economía y la competitividad de cualquier país; y son también un ingrediente principal del bienestar de cualquier sociedad. Esto es especialmente importante en países en vías de desarrollo y con un importante déficit de infraestructuras. Muchos de ellos están inmersos en la configuración de ambiciosos planes de inversión en infraestructuras. En el caso de países con infraestructuras más maduras, los retos que se plantean son el de mantener los activos actualizados, el de poder seguir invirtiendo, y el de dar solución a los problemas del incremento del tráfico global como la congestión y el cambio climático.
Las actividades y negocios de la empresa en cuestión de infraestructuras han ido en aumento. ¿Cuál son vuestros objetivos de crecimiento?
Nuestro crecimiento está centrado en cuatro pilares: la focalización en el sector de autopistas, en el que somos referencia mundial; la disciplina financiera; la aportación de valor al accionista a través de sólidos dividendos; y la expansión internacional. Ésta puede venir a través de nuevas adquisiciones, como las que hemos anunciado recientemente en Italia y Chile, como a través del alargamiento del plazo de nuestras concesiones gracias a los recientes acuerdos alcanzados en Francia, Brasil y Puerto Rico, que esperamos que se puedan extender a Chile y Argentina.