La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha evitado pronunciarse sobre si los tipos de interés han tocado techo, después de que el Consejo de Gobierno haya decidido hacer una pausa en el ciclo alcista tras diez subidas consecutivas, aunque sí ha querido dejar claro que hablar de bajar las tasas es algo «totalmente prematuro».
«No se discutió en absoluto y el debate sería absolutamente prematuro. Incluso tener una discusión sobre el recorte es total, totalmente prematuro», ha advertido la banquera central de la zona euro en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, celebrada excepcionalmente en Atenas.
En este sentido, ha defendido que la institución seguirá guiándose por los datos entrantes y tomando sus decisiones de política monetaria reunión a reunión sobre la base de los tres criterios aplicados por el BCE respecto de las perspectivas de inflación, de la inflación subyacente y de la solidez de la transmisión de su política monetaria de cara a retornar a una tasa de inflación del 2% en el medio plazo, tal como indica el objetivo de la entidad.
«Por el momento, lo que estamos diciendo es que tenemos que mantenernos firmes, tenemos que mantener. Ésta es la decisión de hoy. Estamos manteniendo», ha respondido.
La presidenta del BCE ha expuesto que, con base en la evaluación actual, el Consejo del BCE considera que las tasas están en niveles que mantenidos durante un período suficientemente largo contribuirá sustancialmente al retorno oportuno de la inflación a la meta del 2%, aunque ha precisado que «el hecho de mantener no significa que nunca se vuelva a subir».
En este sentido, Lagarde ha apuntado que la información entrante ha confirmado en términos generales la evaluación del BCE de las perspectivas de inflación a medio plazo, añadiendo que se espera todavía que la inflación se mantenga demasiado alta durante demasiado tiempo y que las presiones sobre los precios internos sigan siendo fuertes.
«Nuestros pasadas subidas de tipos de interés siguen transmitiéndose con fuerza a las condiciones de financiación. Esto está frenando cada vez más la demanda y, por lo tanto, ayuda a reducir la inflación», ha explicado, por lo que las futuras decisiones garantizarán que los tipos se fijen en niveles suficientemente restrictivos durante el tiempo que sea necesario para garantizar el retorno oportuno de la inflación al objetivo.
En cualquier caso, la francesa ha asegurado que el BCE seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos para determinar su política monetaria, reiterando que el Consejo está dispuesto a ajustar todos sus instrumentos dentro del mandato para garantizar que la inflación regrese al objetivo de medio plazo y preservar el buen funcionamiento de la transmisión de la política monetaria.
LA REMUNERACIÓN DE LOS DEPÓSITOS NO ES TAREA DEL BCE.
Por otro lado, cuestionada por la brecha que existe entre los intereses aplicados por la banca en sus préstamos y los que se emplean para remunerar el ahorro, Lagarde ha defendido que no es labor del BCE fijar las tasas a las que las entidades prestan ni remuneran los depósitos.
«Nuestro trabajo en el BCE y en los bancos centrales nacionales es fijar los tipos a los que se financian los bancos y otras entidades. Nuestro trabajo no es fijar las tasas a las que prestan», ha indicado.
Es un problema que ocurre en varios países de la zona euro, cuyas soluciones las aportan el poder de los propios consumidores, las autoridades de competencia, «pero no es un área en la que el BCE o el correspondiente banco central nacional puedan realmente tomar medidas», ha señalado.
NO SE ARREPIENTE.
Por otro lado, cuando Lagarde encara el ecuador de su mandato en el BCE, la francesa ha recordado a Edith Piaf al afirmar que «no se arrepiente de nada» en estos primeros cuatro años como presidenta del ‘Guardian del euro’.
«No me arrepiento. No voy a decirlo cantando, pero hay una famosa cantante francesa que lo ha hecho mucho mejor de lo que yo podría hacerlo. Así que no me arrepiento», ha comentado Lagarde.