Empresas

Acciones que cambian futuros

A lo largo de su historia, las fundaciones se han caracterizado por desarrollar actividades sin ánimo de lucro para construir una sociedad en la que las personas tengan más oportunidades. Es el caso de la Fundación Bancaria “la Caixa”, que mantiene su compromiso social y cultural desde hace más de cien años, a través del impulso de iniciativas sociales, invirtiendo en investigación y educación y difundiendo la cultura y la ciencia. En sus líneas de actuación prioriza diferentes programas que ayudan a las personas y a sus familias a superar situaciones de pobreza; apoyan el trabajo de investigadores para conseguir nuevos avances y contribuir a mejorar la salud de la sociedad e impulsan la educación de las nuevas generaciones y facilitan el acceso a la cultura.

Desde que comenzara su actividad el abogado Francesc Moragas al fundar La Caja de Pensiones para la Vejez en 1904, la entidad se ha mantenido fiel a sus principios a pesar de las adversidades con las que se ha encontrado a lo largo de su historia. Moragas se regía por un principio motor para desarrollar su actividad: “el trabajo en la cabeza y la gente en el corazón”; y así lo trasladó para que a día de hoy continúe siendo la filosofía de la Fundación Bancaria “la Caixa”. “Hay mucho de Moragas en el alma de nuestra entidad. Desde hace más de 100 años, nuestra obsesión ha sido dar respuesta a las nuevas necesidades que surgen de la rápida transformación de la sociedad. Por ello la anticipación es clave, pero también la complementariedad, la flexibilidad y la eficiencia son nuestros principios de actuación a la hora de hacer Obra Social”, asegura Isidro Fainé, presidente de la entidad.

Esta perseverancia, mantenerse fieles a sus principios y el trabajo constante son solo algunos de los ingredientes que han llevado a la entidad a posicionarse como la primera fundación de España, y a estar entre las diez más importantes del mundo. Recientemente, con el objetivo de afianzar y dar continuidad a su labor y compromiso social, la fundación ha puesto en marcha un ambicioso Plan Estratégico 2016-2019, liderado por Fainé y Jaume Giró, director general. El Plan prevé una inversión de más de 2.000 millones de euros durante estos cuatro años. Este 2017, el presupuesto asciende a 510 millones, frente a los 500 millones de los nueve años anteriores, y que en 2016 permitieron impulsar cerca de 50.000 actividades, que beneficiaron a casi 11 millones de personas.

Prioridad Social

Los programas sociales constituyen el núcleo de la fundación y así se refleja en sus presupuestos. La parte más importante, el 60%, va destinado a proyectos con vocación transformadora para cubrir las necesidades básicas de los colectivos más vulnerables y promover la igualdad de oportunidades.

Como CaixaProinfancia, que lucha contra la pobreza infantil y en 2016 atendió a más de 62.000 menores y a sus familias, o Incorpora, que ha celebrado su décimo aniversario superando los 28.000 puestos de trabajo facilitados a personas en situación de vulnerabilidad.

La acción social de la entidad también se focaliza en promover el acceso a la vivienda, impulsar la atención integral a personas con enfermedades avanzadas y fomentar el envejecimiento activo y saludable a través del programa más emblemático de la entidad, que atiende a 800.000 mayores cada año.

Pero su actividad no solo se desarrolla a nivel nacional. Contribuir a un mundo menos desigual es otro de sus grandes retos. Por ello, la fundación cuenta con alianzas para mejorar la educación y la salud en África, Asia y América Latina. Con proyectos como Gavi, que con el objetivo de erradicar la mortalidad infantil ha vacunado a casi 2,5 millones de niños desde 2008, o ProFuturo, que impulsa la educación entre los sectores más desfavorecidos de países de África, América Latina y el Sudeste asiático.

Además del ámbito social, la entidad hace una apuesta decidida por la investigación: Prevé triplicar el presupuesto dedicado a este área y alcanzar los más de 95 millones de euros en 2019. En el terreno científico, una de las grandes prioridades es la colaboración con centros pioneros para la investigación de enfermedades como el cáncer, el Alzheimer o el sida. En el aspecto formativo, a través de sus becas, impulsa el talento investigador de los jóvenes en las mejores universidades y centros de investigación del mundo.

El tercer gran eje estratégico es el cultural y educativo que concentrará el 20% del presupuesto en 2019. La oferta cultural, científica y educativa recibió más de 5 millones de visitantes el último año, a través de los ocho centros CaixaForum o de las exposiciones itinerantes. Por otro lado, los recursos pedagógicos innovadores de eduCaixa han llegado a casi 2,5 millones de alumnos de 9.000 escuelas españolas.

En palabras de Fainé “contribuir a una sociedad mejor y más justa es nuestra razón de ser. Queremos cambiar presentes y construir futuros”.