Decenas de organizaciones ambientales y de la sociedad civil europeas y de España, Portugal, Italia, Francia, Bulgaria, Bélgica, Polonia o Malta, así como eurodiputados y partidos políticos se han unido para expresar su preocupación ante la probable inclusión en el listado de Proyectos de Interés Común europeos del H2Med, una infraestructura que aspira a ser el mayor corredor de hidrógeno verde entre la península ibérica y el centro de Europa, así como de otras infraestructuras para el transporte de hidrógeno que consideran «innecesarias y sobredimensionadas».
Este miércoles, 25 de octubre, tendrá lugar una reunión de alto nivel de toma de decisiones donde participarán altos cargos de la Comisión Europea y de los gobiernos de los 27 países de la Unión Europea con el propósito de debatir sobre los proyectos a incluir en la sexta lista de Proyectos de Interés Común Europeo/Proyectos de Interés Mutuo (Project of Common Interest/Projects of Mutual Interest – PCI/PMI).
Así, en el actual contexto de crisis energética y climática, las organizaciones firmantes creen que existe una tendencia a considerar el hidrógeno verde como una de las opciones más viables para avanzar hacia la descarbonización de la economía.
«Ello ha provocado el inicio de una frenética carrera por desarrollar numerosos proyectos, algunos de los cuales corren el riesgo de no ser necesarios en el futuro por estar sobredimensionados y no responder a las necesidades de la transición energética, como es el H2Med», señalan las organizaciones en una misiva que han remitido a los participantes en la reunión de alto nivel de toma de decisiones, pidiéndoles que se opongan a este tipo de proyectos.
El H2Med incluye dos interconexiones transfronterizas que harían posible el transporte de hidrógeno desde la península ibérica hasta Francia. La primera conectaría vía tierra España y Portugal (proyecto H2Med-CelZa), mientras que la segunda sería una interconexión submarina entre España y Francia (proyecto H2Med-BarMar).
Para las organizaciones firmantes, los niveles de producción actual de hidrógeno verde y la incertidumbre sobre su producción y demanda futura no justifican la construcción de este proyecto. «El hidrógeno verde se encuentra aún en una fase muy prematura de desarrollo. Es una tecnología inmadura en términos de producción a gran escala, así como de transporte y almacenamiento. Para que contribuya de forma real y significativa a los objetivos climáticos de la Unión Europea se necesitan grandes avances en términos de tecnología y eficiencia», explican los firmantes.
Si el H2Med y los otros proyectos para el transporte de hidrógeno son considerados PCI podrían tener la categoría de proyecto prioritario y estratégico, aspirando a determinados beneficios para poder agilizar su puesta en marcha, como financiación por parte de la Unión Europea, mejores condiciones regulatorias o procesos de concesión de autorizaciones más acelerados, lo que «suavizará» las exigencias ambientales con las que deben cumplir dichos proyectos, advierten.
Asimismo, indican que las dificultades asociadas al transporte de hidrógeno a larga distancia desde una perspectiva económica, técnica y de eficiencia energética hacen que el objetivo sea priorizar la producción y el consumo local de hidrógeno verde.
Así, las organizaciones indican que el uso del hidrógeno verde debe priorizar aquellos sectores industriales difíciles de descarbonizar (sector siderúrgico) y sectores imposibles de electrificar como el transporte marítimo o la aviación, no sin antes reducir su demanda. «A ello hay que sumar que, en caso de blending -mezcla de gas fósil con hidrógeno-, el hidrógeno verde podría utilizarse como excusa para continuar dependiendo del gas fósil, lo cual es inaceptable por sus graves repercusiones sobre las personas y el clima», argumentan en la carta.
Además, avisan de que la implantación masiva de parques renovables necesarios para una producción de hidrógeno verde a gran escala puede tener impactos adversos en el medioambiente y la biodiversidad, enfrentándose así a una escasa aceptación social a consecuencia de la falta de diálogo previo con las comunidades afectadas. También puede conllevar impactos muy negativos sobre el clima debido a su mayor riesgo de fugas a la atmósfera.
A modo de resumen, los firmantes piden que antes de incluir el H2Med en la sexta lista de PCI se tengan en cuenta una serie de factores. El primero es que los promotores no han realizado un estudio previo detallado sobre las perspectivas de producción y demanda futura del hidrógeno verde.
Así, aseguran que en el caso del H2Med-BarMar no existe información sobre su viabilidad técnica y económica. El proyecto pertenece a una categoría para la que no existen guías sobre su diseño de manera que se garantice la eficiencia y la seguridad de la infraestructura.
Por ello, indican que la construcción del H2Med implicaría la construcción de una red de nuevas infraestructuras para el transporte del hidrógeno a media y larga distancia que, hasta la fecha, no ha demostrado ser necesaria.
Del mismo modo, señalan que los proyectos de transporte de hidrógeno como el H2Med implicarían la adaptación de los gasoductos existentes. Sin embargo, las tecnologías para adaptar los gasoductos fósiles al transporte de hidrógeno no están desarrolladas actualmente a gran escala, ni son tan fáciles de aplicar como sugiere la industria. De hecho, las propiedades fisicoquímicas del hidrógeno implican un mayor riesgo de fugas, con las consiguientes repercusiones graves sobre el clima (el hidrógeno es un gas de efecto invernadero indirecto).
RIESGO DE CONTROLES AMBIENTALES «MENOS ESTRICTOS»
Por ello, temen que si el H2Med se incluye en la lista de PCI podría someterse a controles ambientales menos estrictos y quedar exento de evaluaciones exhaustivas de impacto ambiental. Esto último cobra especial relevancia si se tiene en cuenta que H2Med-BarMar atravesará el Golfo de León, uno de los ecosistemas con mayor índice de biodiversidad del Mediterráneo.
«La financiación pública que recibiría este proyecto irá en detrimento de otras medidas cuya eficacia ya ha sido demostrada, como la apuesta por proyectos renovables con participación ciudadana, el autoconsumo, las comunidades energéticas y/o las mejoras en la eficiencia energética de los hogares», concluye la misiva.