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Cuatro claves para evitar convertirte en un adicto al trabajo


Sentir motivación en tu trabajo no es un problema; todo lo contrario. Sin embargo, siempre habrá alguien que al escucharte decirlo asumirá que vives, comes y respiras sólo por tu carrera laboral. No cabe duda de que el trabajo ocupa gran parte de la vida diaria y de los pensamientos y preocupaciones, y uno de los grandes objetivos de cualquiera es conseguir un puesto que te llene y satisfaga.

Sin embargo, cuando te conviertes en un robot en perpetuo estado de estrés y ojos rojos, que se olvida de comer y dormir y que está refrescando constantemente su bandeja de entrada… bueno, ahí sí tienes un problema. Es posible estar comprometido y satisfecho con la vida laboral sin llegar a esos extremos, y estas claves te pueden ayudar a mantener la cordura.

1. Determina tus otras prioridades. A veces las ganas de progresar en nuestra carrera puede hacernos olvidar que, aunque el trabajo es importante, no lo es todo ni mucho menos. Si algún día te encuentras a ti mismo en la oficina o frente al ordenador a horas intempestivas, pregúntate cuánto tiempo hace que no te vas de copas con tus amigos o que no mantienes una larga conversación con tu madre o tu hermana. ¿Cuánto hace que no vas al cine, o te levantas tarde, o viajas? Piensa en las cosas que son importantes para ti y te hacen feliz, y plantéate si últimamente les has dedicado el tiempo y la atención que merecen.

2. Que tu horario de tiempo libre sea tan estricto como el de trabajo. Nunca llegarías dos horas tarde a la oficina, ¿verdad? Pues bien, tampoco puedes quitarle a tu pareja esas dos horas diarias contigo, ni eliminar las dos horas de ejercicio diario. Tu tiempo libre y de disfrute merecen tanto respeto como tus horas de trabajo. Si es necesario, escribe un auténtico horario y proponte seguirlo al pie de la letra. El resto vendrá solo.

3. Sé capaz de desconectar. Si estás cenando en tu restaurante favorito después de una semana agotadora no hay razón para mirar el móvil ni contestar a ningún email. Estar siempre disponible y dispuesto a solucionar problemas es algo que suele valorarse positivamente en un empleado, pero si esto llega al punto de interferir en tu tiempo libre y tu vida personal es algo que hay que cortar de raíz. Prueba a dejar el teléfono en casa y a dedicarle a lo que estés haciendo y a la persona con la que estés el cien por cien de ti.

4. Celebra tus propias victorias. Hasta las más pequeñas. Otro síntoma de los adictos al trabajo es que dedican todo su esfuerzo a una gran meta final, ya sea un ascenso, la finalización de un complejo proyecto o un aumento de salario. Cuando se está tan absorbido por traspasar esa línea de llegada es muy fácil dejar completamente de lado las pequeñas victorias y logros del día a día, algo totalmente negativo. Ya sea con una simple cerveza al salir del trabajo, con una cena especial o con una escapada, asegúrate de que celebras cada triunfo, por insignificante que te parezca.