La Comisión Europea ha publicado este lunes una serie de recomendaciones a los Estados miembro para combatir la pobreza energética y reforzar la protección de los consumidores, en especial la de aquellos en situación de mayor vulnerabilidad, de cara al próximo invierno, entre las que anima a renovar los edificios con un peor rendimiento energético, pero sin que eso derive en un incremento excesivo de los alquileres.
La recomendación establece buenas prácticas para las mejoras estructurales que los Estados miembro pueden adoptar para abordar las causas profundas de la pobreza energética, aunque estas podrán ir acompañadas de medidas específicas para mejorar la asequibilidad de la energía, como ayudas específicas a la renta y tarifas sociales, o para apoyar temporalmente a los hogares afectados por la pobreza energética.
El documento insta a los países de la UE a tomar medidas para acelerar la tasa de renovación de los edificios con el peor rendimiento energético, de manera que se garantice al menos el nivel de ahorro que el hogar necesita para lograr un confort térmico interior adecuado.
Las medidas de apoyo a los hogares afectados por la pobreza energética deben tener en cuenta la estructura de propiedad del mercado de la vivienda y evitar la exclusión de los propietarios de viviendas afectados por la pobreza energética, por una parte, y de los inquilinos, por otra.
Para evitar perjuicios, propone establecer salvaguardias normativas y sociales y analizar la combinación de políticas para evitar que los costes de la vivienda derivados de las mejoras de la eficiencia energética o las renovaciones de viviendas conduzcan a un aumento excesivo de los alquileres y los costes de la vivienda, lo que podría dar lugar a problemas de desplazamiento de residentes, desahucios y gentrificación.
Bruselas invita a establecer sistemas que permitan el acceso de los hogares afectados por la pobreza energética a electrodomésticos eficientes desde el punto de vista energético, con el fin de reducir la factura energética tanto de los inquilinos como de los propietarios de viviendas.
También aboga por acelerar el despliegue de sistemas de medición inteligentes que permitan a los consumidores acceder oportunamente a su consumo de electricidad y gas y permitirles gestionar su consumo de energía y aprovechar los beneficios de los avances en tecnología energética y digitalización.
Otra de las propuestas es la de permitir a los hogares afectados por la pobreza energética acceder a sistemas de uso compartido de la energía, entre otras cosas eliminando las barreras financieras a la entrada de dichos hogares, y fomentar la participación de los municipios en dichos sistemas.
Con estas recomendaciones, la Comisión pretende garantizar que los hogares afectados por la pobreza energética puedan beneficiarse de la descarbonización y de una transición socialmente justa con igualdad de acceso al uso de energías renovables y tecnologías energéticas innovadoras al tiempo que se benefician de la eliminación gradual de los combustibles fósiles en el sector de la calefacción.
Los Estados miembro deberán también simplificar en la medida de lo posible las condiciones para solicitar los fondos y limitar el número de obstáculos administrativos y los costes asociados a dichas solicitudes y apoyar el desarrollo y la ampliación de sistemas de financiación innovadores para las energías renovables y las acciones y los sistemas de eficiencia energética destinados a los hogares en situación de pobreza energética.
Para poner en marcha todas estas recomendaciones, la Comisión anima a utilizar la financiación comunitaria disponible para seguir luchando contra la pobreza energética, a través de sistemas de apoyo tanto a medida como sujetos a condiciones de recursos, y sistemas que permitan a los hogares afectados por la pobreza energética acceder a sistemas colectivos de autoconsumo.