Economía

El turismo y la menor exposición a China explican el mayor dinamismo del PIB español, según Banco de España

El Banco de España ha constatado que la exposición comercial de España a China es menor que la de otros territorios del área del euro, por lo que una desaceleración de su economía tendría un impacto inferior que en el resto de países del entorno.

Durante 2023, el Producto Interior Bruto (PIB) está presentando en España un mayor dinamismo que en otros países del área del euro, lo que se ha traducido en una revisión al alza de las perspectivas económicas elaboradas por los analistas durante el año en curso.

Según explica el Banco de España en el artículo ‘La mayor resiliencia de la economía española frente al área del euro en 2023: el papel de la composición sectorial’, este comportamiento de la economía española estaría relacionado, en parte, con el mayor peso de los servicios turísticos, impulsados por una demanda muy elevada durante el verano.

Asimismo, han destacado el dinamismo de las ramas relacionadas con los servicios de información y comunicaciones y las actividades profesionales y técnicas, lo que podría estar relacionado con el impulso derivado del despliegue de los fondos ‘Next Generation EU’.

En concreto, se ha registrado un mayor peso en el valor añadido bruto (VAB) de los servicios de mercado, en particular de los vinculados al sector turístico, como el transporte de viajeros, la hostelería y las actividades de ocio, que alcanza el 11,4%, frente al 7,3% del área del euro o al 5,3% de Alemania.

Por el contrario, el peso de las ramas manufactureras es inferior en España (2,5%) que en el conjunto del área del euro (2,7%) y claramente más reducido que en Alemania (3,3%). Dentro de estos sectores, destaca, en primer lugar, la evolución de aquellos más intensivos en el uso de energía, que han evidenciado una mayor debilidad en los últimos trimestres, como consecuencia del encarecimiento de los insumos energéticos desde 2021.

No obstante, este comportamiento ha sido menos desfavorable en España que en el conjunto del área del euro y, sobre todo, que en Alemania, lo que podría obedecer a una mayor exposición directa de la industria alemana a las disrupciones derivadas de la reducción de los suministros de gas ruso.

De su lado, el sector automovilístico –que se ha visto más afectado por los cuellos de botella en las cadenas globales de suministros, así como por la creciente competencia de China en la fabricación de coches eléctricos– tiene un peso inferior en el caso de la economía española (1,1%) en comparación con Alemania (4,4%).

Por otra parte, la actividad económica mundial se habría venido desacelerando a lo largo de los últimos meses, una ralentización que sería particularmente evidente en China. De este modo, una menor exposición comercial a este país explicaría, en parte, el mejor comportamiento del sector exterior en España.

Si bien la exposición de España a China ha aumentado notablemente en los últimos años –hasta situarse en el 1,2% del VAB en 2018, 0,9 puntos porcentuales más que en 2005–, esta dependencia es, en términos comparativos, casi la mitad de la del área del euro en su conjunto (2% del VAB), siendo Alemania el país más relacionado con la economía asiática de entre las principales economías europeas (2,7% del VAB).

«Como consecuencia, una desaceleración de la economía china tendría un impacto inferior, por los canales comerciales, sobre la economía española que sobre otros países de nuestro entorno», ha asegurado el Banco de España.

MAYOR CONTENCIÓN DE LOS COSTES LABORALES Y LOS PRECIOS EN ESPAÑA

Además, en este contexto de debilidad del contexto exterior, otro factor de soporte para las exportaciones españolas de bienes podría provenir de las ganancias de competitividad frente al resto del área del euro, que se derivan de la mayor contención reciente de los costes laborales y los precios en España.

En todo caso, desde el Banco de España señalan que la mejor evolución de la economía española en relación con la del área del euro prevista para los próximos trimestres dependerá, entre otros factores, de cómo se traslade el menor crecimiento de las manufacturas a los servicios y del dinamismo del sector turístico.

Así, los servicios más demandados por la industria manufacturera podrían ser arrastrados por la evolución de las ramas industriales a las que sirven como proveedores. Por otra parte, la fortaleza de las exportaciones turísticas podría verse limitada por el final del verano y el agotamiento de la demanda embalsada tras la pandemia.