El mundo puede parecer en ocasiones un lugar lleno de egoísmo, rabia e incomprensión. Pero también es un mundo lleno de belleza, belleza que reside en los pequeños gestos, en los abrazos más largos, esos que parecen no tener fin. El ser humano tiende a pensar que es diferente, que brilla con luz propia. Por supuesto, todas las personas tienen cualidades únicas, pero a veces es necesario encontrar a esa persona que realmente te ve desde otra perspectiva, desde una que nunca podrías haber imaginado, ni en el más dulce de los sueños. El mundo es incierto, quizás las cosas no funcionen y no encuentres la razón, pero no por ello debes dejar de valorar a estas personas, debes alegrartepor su felicidad a pesar de no haber alcanzado la tuya.
La generación Millennial y su cuestionado éxito está atravesando momentos de duda y de cobardía. Hay épocas de felicidad, épocas de inseguridad, épocas en las te sientes infinito. La vida da muchas vueltas, y también lo hace la mente, los sentimientos y las situaciones. Por ello, si estás viviendo o has vivido una época en la cual todo te sale del revés, y no eres capaz de alegrarte por las personas de tu círculo que han logrado la felicidad, debes cambiar tu postura si no quieres perder las cosas más importantes en esta vida: el amor, la amistad y tu propia salud.
Es muy complicado, es una batalla contigo mismo, una que parece no tener fin nunca. Seguramente solo lo entienda quien lo experimente, pero es muy duro saber que deberías ser feliz por las personas que te importan, pero que no eres capaz porque tu situación no te lo permite, o porque simplemente no puedes aceptar la realidad de los hechos, el curso de los acontecimientos. Pero por suerte, siempre puedes pedir perdón tras realizar un poco de introspección, que suele ser la cura del alma (y de nuestra propia estupidez)
Lo importante es empezar por reconocer tu error, que suele ser el paso más complicado de todos. Disculparte ante tus seres queridos, explicarles lo perdido que te has sentido, y dejar claro que no es una excusa, que no esperas que lo acepten como tal. Esto no significa que tengas que cargar con el peso del mundo bajo tus hombros, no tienes que culparte por todo, pero aceptar tus errores es el primer paso para alcanzar la paz interior.
Si no has sido capaz de alegrarte por una persona muy especial para ti, este es el momento de enmendar tu error. Es el momento de confesar que siempre va a ser fundamental para ti, que siempre le vas a querer a pesar de las circunstancias, que te alegras de que la vida le sonría aunque hayas tardado en aceptarlo, que tú no querías decepcionarle a pesar de haberlo hecho. Es el momento de que le digas que eres consciente de todas las cualidades que le hacen tan especial para ti y para todo el mundo. Es momento de decir que lo sientes, que has aceptado la derrota y que solo buscas el perdón y su felicidad.
Es importante reconocer los éxitos de las personas a las que queremos porque es el resultado de un gran trabajo, de noches sin dormir, de ahogarse en los vasos más pequeños, pero conseguir sacar la cabeza en el último momento. Es importante porque te va a llenar de orgullo ver que pueden llegar hasta el infinito y más allá, porque forman parte de tu vida y eso debe hacerte sentir especial, a pesar de que tú no hayas visto la luz al final del túnel hasta este momento.
Por eso, no pierdas más el tiempo y comienza a celebrar las victorias de las personas a las que quieres, porque en menos de lo que te esperas estaréis celebrando también las tuyas.