Una diminuta muestra de un rincón oculto de la «Mona Lisa» de Leonardo da Vinci ha desvelado un gran secreto. El famoso artista experimental pintó el retrato del siglo XVI utilizando un compuesto de plomo no detectado anteriormente en las pinturas del Renacimiento italiano.
Utilizando rayos X y espectroscopia infrarroja para analizar la composición química de la mezcla de pintura de da Vinci, científicos de Francia y Gran Bretaña examinaron fragmentos microscópicos de la «Mona Lisa» y de la «Última Cena», otra de las obras más conocidas del artista. El equipo descubrió pruebas no sólo de pigmento blanco de plomo y aceite en la capa inferior de la obra de arte, sino de óxido de plomo, un pigmento anaranjado que ayudaba a secar la pintura y a hacerla más espesa, según un estudio publicado el miércoles en la revista Journal of the American Chemical Society.
Muchas obras de la época de da Vinci, incluida la «Mona Lisa», se pintaban sobre paneles de madera. El estudio concluye que el artista, también ingeniero, probablemente añadió el óxido de plomo para crear una capa base preparatoria opaca lo suficientemente gruesa como para cubrir la madera. La investigación refleja la continua fascinación por el famoso cuadro, considerado una obra maestra arquetípica del Renacimiento italiano.
Se sabe que artistas como el maestro del siglo XVII Rembrandt van Rijn añadieron óxido de plomo a sus pigmentos, pero hasta ahora no habían aparecido pruebas de esta técnica en pinturas de la época anterior de da Vinci, que vivió entre 1452 y 1519.
Investigadores dirigidos por Víctor González, químico del máximo organismo de investigación francés, el CNRS, recorrieron los manuscritos de da Vinci para confirmar la hipótesis, largamente sostenida, de que el artista añadía óxido de plomo a su mezcla de pinturas. No encontraron ninguna referencia sólida. Entonces, hubo un momento ‘eureka’: descubrieron un mineral de plomo llamado plumbonacrita en la primera capa de pintura de las obras del polímata. Creen que una interacción química entre el aceite y el óxido de plomo provocó la formación de la plumbonacrita.
El descubrimiento atestigua «el espíritu de experimentación apasionada y constante de Leonardo como pintor», declaró a Associated Press Carmen Bambach, especialista en arte italiano del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. «Es lo que le hace intemporal y moderno».
La «Mona Lisa» ha sido objeto de más escrutinio que prácticamente cualquier otro cuadro. Investigadores anteriores han estudiado los labios de la chica y los músculos de la parte superior de su rostro para intentar determinar qué podría transmitir su enigmática sonrisa. También han desacreditado la idea de que los ojos de Mona Lisa siguen a los espectadores cuando se mueven frente al cuadro.
Al profundizar en el modo en que da Vinci formulaba su paleta, los investigadores han demostrado que aún quedan misterios por desvelar.