El gran éxito en taquillas ha suscitado el interés de muchas productoras por adquirir los derechos de la saga del agente más famoso del cine. En el ring de la disputa por su adquisición están la Warner Bros, Universal, 20th Century Fox, Annapurna, y recientemente se han sumado a esta lista Apple y Amazon.
En una industria en la que cada lanzamiento cinematográfico se convierte en una apuesta difícil y se corren riesgos, sobre todo económicos, el nombre no lo da todo. Ahora las grandes franquicias pueden ser fuentes de ingresos, o al contrario suponer para los estudios una decepción monumental. La producción de una película de tal calibre supone un añadido en los costes para quién la consiga, ya que muchas veces el ser popular no garantiza el éxito y puede ocasionar graves pérdidas. Estamos asistiendo a una época en la que el relanzamiento de grandes conocidos como Jurassic Park y Star Wars, o las películas que proceden del cómic (DC Films o Marvel) aglutinan el mayor número de espectadores y se apoderan de la mayoría de carteleras. Es por ello que franquicias de este tipo son un as bajo la manga de los estudios, ya que pueden ser muy rentables, o voltearse e ir en nuestra contra.
El trono de las franquicias de gran presupuesto lo tiene Walt Disney, que aparte de sus grandes clásicos y los éxitos de Pixar, con la adquisición de Lucasfilm y Marvel se asegura una etapa de prosperidad económica. De las grandes franquicias que aún tienen gasolina en el tanque, 007 es la única que está en juego y es por ello que para los estudios adquirirla y añadirla a su oferta de productos resulta tentador y jugoso. Al parecer los más próximos a hacerse con ella son Warner Bros y Sony, sin embargo los dos nuevos “disruptores” (Apple y Amazon) pueden cambiar el devenir de los acontecimientos.
Dejando de lado el valioso peso de la saga James Bond, el interés de Amazon y Apple es arrebatar a uno de los estudios productores de cine convencional esta franquicia. Pero siembra dudas en su papel, porque Amazon, Apple y otras como Netflix son claras en la contundencia que les diferencia de los grandes estudios, y adquiriendo un producto típicamente suyo no se desmarcan de ellos sino que se aproximan más.
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