Seguro que eres de esas personas que toma el camino más efectivo, que va por el sendero de la rectitud. Y que no te engañen, porque eso no es nada malo, porque aunque a muchas personas les salga bien hacer el mal, no es lo que tienes que hacer tú. Es importante mantener un propósito, una voz propia, unas emociones propias y una evolución personal.
La comunicación y la pasión por la mente humana, es lo que nos permite evolucionar en la vida y no tomar los atajos más fáciles. Por ejemplo, las mujeres, somos subestimadas todos los días por alguna razón. En vez de hundirnos, salimos a delante y demostramos todo lo que valemos, porque tenemos claro el valor de nuestra integridad y el propósito que hemos marcado, esa evolución personal.
Puede que te enfrentes a un compañero de trabajo que tenga cero integridad, pero eso no significa que tú te tengas que poner a su altura, al contrario, ese es el momento en el que tienes que demostrar tu ferocidad personal, y mostrarle cómo pueden hacerse las cosas, obteniendo resultados y sin tener que pisar a nadie por ello.
Esto no significa que tú te tengas que dejar pisar por aquellas personas que no tienen integridad, al contrario, has de ganarles en su propio juego pero con tus propias normas y con todos los valores con los que tú cuentas, que estoy segura de que no son pocos. Por ello, agárrate a tu integridad y a tus valores y realiza un trabajo capaz de silenciar a todas esas personas, a que no tengan la oportunidad de rebatir y que se vayan del lugar avergonzados cuanto menos.
Por ello, tienes que tener siempre en cuenta la forma de comunicarte. Tienes que saber exactamente qué es lo que quieres decir y cómo quieres hacerlo. Y si tienes que enfrentarte a un comentario poco íntegro o simplemente molesto, has de contestar dejando clara tu postura y tu oposición al respecto, para que nadie nunca vuelva a acercarse con ese tipo de comentarios hacia ti.
Todo es cuestión de positivad y perseverancia, de no dejarse llevar por las cosas que puedan parecer más fáciles en el momento, porque te aseguro que esas cosas no son las que nos aportan felicidad, y no lo harán nunca.