Desde que Pepa Salazar decidiera utilizar la moda como forma de expresión, su trabajo, constancia y esfuerzo se han visto recompensados con dos premios Mercedes-Benz Fashion Talent –uno en 2013 y otro en 2014–, un Samsung Innovation Project, y además, una proyección de la que pocos talentos juveniles (dentro del panorama español) pueden presumir.
Se lo ha ganado ella sola, a pulso, y eso que arrancar un negocio desde cero siendo tan joven no es nada fácil. Y más dentro de un mundo tan competitivo y “copado” como es la moda. “Empiezas con un equipo muy pequeño, necesitas una inversión de capital importante… Es mucho trabajo.
Con los recursos que tienes disponibles debes intentar hacerlo lo mejor posible y, poco a poco, ir creciendo”, comenta la artista.
Voluntad y capacidad de trabajo
El sacrificio continuo, combinado con un carácter fuerte –que no malo– y una inspiración muy técnica le han permitido definirse y diferenciarse del resto de artistas emergentes españoles. ¿Es una cuestión de trabajo o talento? Según ella, una combinación de ambas. “Como decía Picasso: ‘que la inspiración te pille trabajando’. Cuanto más estás trabajando, más cosas se te ocurren, porque estás muy metida en ello, y precisamente de ahí surgen las ideas. El talento, obviamente, es algo innato que te diferencia. Pero, para mí, el trabajo influye más que el talento”.
El factor sorpresa, la improvisación y la manera de abordar el volumen juegan un papel muy importante a la hora de pensar una colección. De ahí que en sus trabajos veamos desde prendas con cortes asimétricos a tejidos hidrofóbicos que repelen el agua. “Trabajo mucho los patrones, la papiroflexia, el modelaje para crear formas… No soy una diseñadora temática, no hablo de cosas muy específicas sino de generalidades. Partimos de una reflexión, una frase, un concepto que desarrollar, técnicas que vayan a la par…Y a raíz de ahí hacemos una colección”, comenta la diseñadora con gran convencimiento.
Tiene las ideas claras y reconoce ser una persona impulsiva. Sin embargo, también es consciente de lo importante que para su trabajo es “saber escuchar y dejarse aconsejar por la gente y los profesionales que te rodean; la clave: mantenerse fiel a lo que tú eres, lo que te hace diferente, y no dejarse nunca llevar por el miedo”.
Colecciones con carácter
A pesar de tener un ADN muy marcado y una visión de la moda muy particular, Pepa ha sabido afrontar los retos que han ido apareciendo a lo largo de su carrera.
Un claro ejemplo es la tecnológica colección que presentó para la primavera-verano 2015 y que bautizó con el nombre de ‘Hyperdry’. “Hicimos un desfile en el que utilizamos tejidos hidrocrómicos e hidrofóbicos que repelían los líquidos y reaccionaban con el agua. Construimos en IFEMA y Mercedes-Benz Fashion Week unas duchas gigantes por las que iba cayendo el agua mientras pasaban las modelos con vestidos que iban cambiando de color. Una chulada”, detalla.
En cuanto al futuro, explica que irá transformándose a la par que la sociedad. “Creo que ahora mismo estamos en una época de ‘maximalismo’, abundancia, color, sobredosis de información que la gente pide, necesita y gracias a la cual muchos viven.
No sé si el futuro de la moda estará ligado a esta idea retrofuturista que tenemos de trajes muy espaciales. No soy pitonisa. Pero desde luego que irá en función de cómo evolucionemos”. Puede que lo de pensar en el mañana se nos quede un poco grande, lo que sí aseguramos es que a madurez no le gana nadie y que las ideas las tiene claras. Es consciente de que si uno quiere triunfar en la vida tiene que intentar hacer realidad sus sueños. “Y para mí, perseguir tu propio proyecto es sentar la cabeza”.