Opinión Javier Ortega Figueiral

Swiftair: la gran tapada de la aviación española

Muy poco conocida fuera del ámbito aeronáutico, este 'holding' madrileño es uno de las más importantes de Europa.

Quizá porque casi siempre vuelan de noche… o porque en lugar de pasajeros, lleva carga casi de manera exclusiva. El caso es que Swiftair es uno de esos casos de empresas importantes, de esas que hacen que el mundo gire, aunque pocos la conocen. Es discreta. Mucho, aunque curiosamente estamos hablando de la segunda aerolínea carguera de Europa y la tercera compañía aéreas de España en número de aeronaves, solo superada por Vueling e Iberia.

¿A ustedes les sonaba el nombre Swiftair? Posiblemente no. Es la gran tapada de la aviación española y diría que hasta europea. Parte del pulso de la economía del continente vuela en sus 80 aviones y creo que no exagero, puesto que lo que se transporta en avión es siempre carga de alto valor añadido.  

Discreción

El pasado 25 de julio, esta empresa madrileña abandonó por un día su clásico perfil publico bajo. Lo hizo para inaugurar sus nuevas instalaciones en el aeropuerto de Barajas: un edificio de oficinas y un hangar de 6.400 m2 y 30 metros de altura. La presencia de prensa fue importante ya que se invitó al evento a Isabel Natividad Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid desde agosto de 2019​​ y a José Luis Martínez-Almeida Navasqüés, alcalde de Madrid desde junio de ese mismo año.

Tanto la presidenta como el alcalde, que bautizaron dos aviones a nombre de la comunidad y del ayuntamiento, se deshicieron en elogios hacia la compañía comparando su trayectoria e importancia con la los de los territorios que presiden. Con ello, tanto los protagonistas del evento como la empresa aeronáutica tuvieron titulares en un buen número de medios donde no se suele hablar de aviación, además de minutos infrecuentes de televisión y radio para hablar de instalaciones de última generación, mantenimiento aeronáutico y del desconocido mundo de la carga aérea. El transporte por avión de todo tipo de mercancías es la principal actividad de esta compañía aérea de capital 100% español y, concretamente, madrileño. De ahí también los elogios de los dos líderes del Partido Popular en la región y la ciudad.

Y es que, casi siempre de noche, las 80 aeronaves de este grupo aeronáutico vuelan en 45 países cubriendo 75 rutas y sumando unos 40.000 vuelos al año. El operar desde los centros de carga aeroportuarios y no desde las terminales de pasaje, los contratos con otras compañías que pintan sus logos en el fuselaje de los aviones y la existencia de filiales de otros nombres que están 100% bajo el paraguas de esta empresa, son también responsables de que este holding mantenga ese perfil discreto que comentaba inicialmente.

En España además de la propia marca Swiftair, el grupo empresarial detenta el 100% de Cygnus Air, que opera varios Boeing 757 en versión cargo. Esta empresa fue propiedad de Gestair, el mayor operador de aviones privados de España. Antes de ser comprada por su actual propietaria también estuvo algunos años dentro del grupo ACS. Otra de las filiales es Alaire, una gran especialista en almacenamiento, handling aeroportuario y logística. La tercera pata en el país es quizá la más conocida, sobre todo en Baleares: Uep! Fly, una pequeña compañía regional de pasaje que une Mallorca con Menorca e Ibiza con aviones francoitalianos ATR, los turbohélices ideales para este tipo de saltos interinsulares, a modo de trenes regionales que vuelan y cosen una comunidad autónoma.

En Suecia es propietaria tiene otra operadora, West Atlantic. Esta, a su vez, mantiene una división concreta para el mercado británico. En Grecia hay una pata más: Swiftair Hellas, encargada prioritariamente del interesante mercado interior de la carga aérea en este país de 10 millones de habitantes, 28 millones de turistas al año, 6.000 islas y 46 aeropuertos comerciales. Finalmente, en África occidental, el holding madrileño tiene otra filial, Air Ghana, con base en Accra.

Todo empezó con SEUR

Tirando del hilo rojo, el que descubre y une historias, vemos que la historia de Swiftair nace de una manera muy singular: gracias a SEUR, la empresa de Justo Yúfera Cerdán, considerado el padre del transporte urgente en España y que falleció centenario en 2020. Yúfera llevó personalmente el primer paquete de un lugar concreto de Madrid a otro de Barcelona en 1942 en un novedoso servicio puerta a puerta. En los años 80 fue cuando la empresa consolidó su presencia en todo el estado y Portugal. Fue en aquel momento cuando se creyó que tener una pequeña de aviones propios para no depender de terceros, beneficiaria a la idea de ofrecer el mejor servicio. Ahí nació Swiftair, con tres pequeños turbohélices que ejercían de rápidos camiones con alas por toda España e incluso ofreció vuelos de pasaje a destinos de muy baja densidad.

El crecimiento y consolidación de la compañía llegó de la mano de Salvador Moreno González-Aller, antiguo piloto de caza de Harrier, el modelo de avión de la Armada capaz de realizar despegues y aterrizajes verticales desde portaaeronaves. Este aviador y otros compañeros fueron fichados por Swiftair en 1992 y cuatro años después, cuando Seur decidió dejar su división aérea para centrarse en el transporte terrestre, el antiguo piloto militar se hizo con la sociedad. Desde entonces no dejó de crecer y ganar clientes de tanto peso como las transportistas globales DHL, FedEx, UPS o la misma Naciones Unidas, que la contrata para misiones especiales.

Y, aun así, la compañía, que además de esos 80 aviones tiene 1.500 empleados directos sigue manteniendo un perfil bajo, discreto, una de las fijaciones de su máximo ejecutivo, aunque este verano fue inevitable celebrar la consolidación de la compañía con las nuevas instalaciones y la noticia de que el crecimiento sigue: el año que viene operará por primera vez aviones Airbus, A321 en versión 100% carguera. Se prevé que a final de la década sean 10 unidades. La empresa prevé seguir creciendo y para cuando esa flota de Airbus esté plenamente operativa, se dispondrá de un segundo hangar propio. Será quizá entonces cuando la compañía vuelva a dejar, por lo menos por un día, su proverbial discreción.

Cosas de que la mayor parte de los vuelos sean de noche… y que llevar las cosas de un lugar a otro no sean noticia, porque simplemente se cumple con lo contratado: se llega a tiempo y se consigue que el ritmo de la economía y la sociedad sigan adelante.

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