Desde los turbulentos años 30, las Montañas Azules australianas han fabricado botas recubiertas en su interior por generoso pelo de oveja para proteger contra el frío del invierno. Estas botas de Nueva Gales del Sur llevan desde entonces conociéndose como ‘ugg’ en nuestras antípodas. Pero desde que la estadounidense Deckers Outdoor Corporation decidió comercializar las famosas botas registrando la marca UGG, a los productores australianos solo les han llovido problemas.
“Es indignante. Ugg es solo el nombre de las botas, y las hemos vendido durante casi un siglo. Ahora, un gigante estadounidense ha registrado el nombre y quiere detenernos”
Según cuenta la compañía americana, el surfista australiano Brian Smith comenzó a fabricar las botas en Santa Monica, California, en 1978. Y por ello DOC está decidida a evitar que los fabricantes australianos -o cualquier otro- exporten botas bajo esa denominación al resto del mundo. El fabricante de Sydney Eddie Oygur, fundador de Australian Leather, ya ha sido demandado en lo que se ha convertido en una auténtica batalla legal de millones de dólares por presunta violación de marca registrada.
“Es indignante. Ugg es solo el nombre de las botas, y las hemos vendido durante casi un siglo. Ahora, un gigante estadounidense ha registrado el nombre y quiere detenernos” ha contado Oygur a la BBC.
Deckers ha entablado procedimientos legales contra el negocio de Sydney, exigiendo una indemnización por valor de millones de dólares así como que todos los fondos en las cuentas bancarias de Australian Leather se transfieran a Deckers. También exigen que todo el stock de botas ugg de Australian Leather sean entregadas a Deckers para su posterior destrucción.
Por su parte, los tribunales australianos ya se han posicionado. Han dictaminado que “ugg” es un término genérico que se aplica a las botas hechas con piel de oveja como forro polar. El nombre ugg no se puede proteger en Australia y cualquiera puede vender botas ugg allí, han manifestado.
Oygur contó a BBC, indignado: “No he podido exportar un par de botas desde 2009. Es terrible. Todos mis clientes en todo el mundo quieren botas ugg de fabricación australiana, pero Deckers nos ha impedido vender en todo el mundo”.
El empresario australiano ha volado a Estados Unidos, donde no solo está luchando contra la demanda millonaria que ha recibido, sino que intenta revocar la marca original de EEUU para poder vender también fuera de su país: “No solo estoy haciendo esto para mí mismo. Lo hago para la industria de botas de Australia”, dijo al mismo medio.
“Los franceses pueden proteger el uso de la palabra ‘champán’ y los griegos el uso de la palabra ‘feta’. Así que seguramente Australia puede proteger el uso de la palabra ‘ugg’ para los pequeños fabricantes australianos”, se quejó el australiano.