Empresas

Dos casos de personas que no tenían nada y consiguieron el éxito al montar una empresa

Estos dos emprendedores han experimentado situaciones límite a lo largo de vida. Sin embargo, nunca se han rendido.
Ryan Blair y Harry Sanders.

Estos dos emprendedores tienen en común no haber disfrutado de una infancia fácil. Sin embargo, las ganas de cambiar su mundo les han llevado a triunfar en los negocios.

De un centro de menores a cofundar ViSalus

La infancia de Ryan Blair estuvo marcada por un padre maltratador adicto a la metanfetamina y el paso de dos de sus hermanos por la cárcel, circunstancias que le llevaron a formar parte de una banda callejera.

A los 16 años, Blair se enfrentaba a una sentencia de cuatro años: primero en un centro de menores y, a los 18 años, un traslado a prisión.

Cuando tenía 17 años, la madre de Blair comenzó a salir con un empresario que rápidamente se convirtió en el modelo a seguir y mentor que el joven nunca encontró en su padre biológico.

Blair se convirtió en un emprendedor multimillonario hecho a sí mismo con la venta de ViSalus, la empresa global de estilo de vida saludable que cofundó en 2005, lo que le abrió las puertas del éxito como autor de de libros a caballo entre la autobiografía y la autoayuda.

De adolescente sin hogar a emprendedor multimillonario

A los 13 años, Harry Sanders vio arruinado el negocio de licencias de barcos de su padre después de contratar servicios de SEO que se ejecutaron mal y no se cumplieron. Mientras su progenitor luchaba por mantener su empresa a flote, el joven decidió aprender sobre SEO para intentar ayudarle. Y lo consiguió gracias a su habilidad.

Con tan solo 14 años, Sanders recibió su primera oferta de trabajo y, a los 16 años, ya dirigía toda la división de búsqueda de una compañía. Sin embargo, su vida familiar se desmoronaba: su madre no podía permitirse el lujo de mantenerlo y su sueño empresarial se había comido cada dólar que tenía. A los 17 años, Sanders vivía en las calles de Melbourne (Australia).

El futuro del joven parecía sombrío, pero de alguna manera se recuperó y, a la edad de 21 años, se convirtió en uno de los jóvenes empresarios más exitosos de Australia, dirigiendo StudioHawk, su propia empresa de SEO.