Prepararse antes de la entrevista e investigar sobre la compañía, es el primer paso según Mike Fenlon. Infórmate acerca de quiénes son, qué tipo de servicios ofrecen y cuáles son sus clientes y prepara preguntas sobre ello. Prepara también preguntas para el entrevistador, as entrevistas son una calle de doble sentido y tus preguntas pueden decir mucho sobre ti y tu marca personal.
Acude a la entrevista con algunas herramientas que te ayuden, como por ejemplo un currículum, una carta de presentación, referencias, un portfolio… Todo lo que pueda completar y demostrar lo que vas a decir. “Cada una de tus herramientas debe tener un enlace a tu sitio web o perfil de LinkedIn. Al hacer esto, te verán como alguien preparado“, asegura Dan Schawel.
Muestra siempre un lenguaje corporal positivo, es decir, siéntate derecho, da la mano con firmeza al entrevistador y mantén el contacto visual durante la entrevista. “De esta manera te tomarán más en serio y se notará el respeto que tienes a quien te está entrevistando. También muestra tu interés por el puesto, lo cual es importante porque hay muchas personas que compiten él y si no pareces interesado te pasarán por alto“, afirma Schawel.
Fenlon coincide en este aspecto con Schawel y afirma que “la entrevista comienza cuando entras por la puerta“, por lo que no puedes descuidar que pequeñas cosas como la vestimenta y el lenguaje corporal hundan tu entrevista antes tan siquiera abrir la boca.
En cuanto al desarrollo de la entrevista, no debes tener miedo de hacer preguntas al entrevistador. Trata de saber cómo es el día a día de la empresa, qué es lo mejor del ambiente de trabajo… Según explica Schawel, “haciendo preguntas demuestras que eres reflexivo y te interesa el puesto“.
No descartes tampoco contar anécdotas, eso sí, no te conviertas en “Antoñita la fantástica”. Escoge aquellas anécdotas que beneficien tu imagen, “usa el poder de las historias personales para transmitir la esencia de lo que eres y lo que te importa“, aconseja Fenlon. “Es más fácil ser entusiasta cuando se cuenta una historia que cuando te limitas a repetir lo que pone en tu currículum“, añade.
Y no te olvides de destacar aquello que haces bien, aquello para lo que tienes talento y por lo que seguramente estás en aquella entrevista. “Si eres experto en una determinada habilidad, ponla en juego durante la entrevista“, aconseja Schawel, porque “mientras que los solicitantes de empleo se marcan a sí mismos como generalistas, las empresas buscan especialistas”, puntualiza Schawel.
Por último, no te olvides de hacer un seguimiento. Un e-mail de agradecimiento por la entrevista o una invitación personalizada de LinkedIn puede marcar la diferencia. Aunque no seas seleccionado, mantener la conexión positiva con la empresa es importante.