Opinión Kerman Romeo

Cerebro frito

Tengo la cabeza demasiado saturada como para escribir esta columna.

¿Cómo se combate el agotamiento mental? Hoy, domingo noche, con más de 150 columnas del lunes a las espaldas, me veo incapaz de escribir una sola línea interesante con la que dar continuidad a este proyecto personal que tanto me aporta. Mira que tengo un listado de temas prometedores, de esos que me apunto en las notas del móvil: la velocidad a la que las cosas recientes se convierten en pasado, cogiendo el ejemplo de Barbie, o un homenaje a Pepe Domingo Castaño por amenizarme tantas tardes. Pero hoy no sabría ni cómo empezarlos.

Podríais culparme de dejarlo todo para la última noche, y tendríais razón, pero así es como llevo viviendo estos tres años como opinador en este medio. No me ha ido mal, creo yo, aunque que se lo pregunten a Andrés, que por algo es el que manda. No es eso de empezar tarde, ni mucho menos. Ya me venía yo oliendo esta semana que no tendría la cadencia y el ritmo para poner en práctica mi sencillo estilo: una anécdota cotidiana trufada de chistes nostálgicos que nos lleva a una pequeña reflexión vital o profesional con algún chistecillo de por medio. No diréis que no me conozco bien.

¿Por qué sabía que las palabras no me saldrían, que me quedaría como Papa Doc en el final de 8 millas? Supongo que porque durante esta semana he estado tan cargado de asuntos profesionales y de rutinas personales que casi no he tenido tiempo para hacer lo que me nutre de más temas: vivir. El grueso de las historias que cuento se gestan en conversaciones aparentemente inofensivas con unas birras, leyendo un par de palabras en un libro, viendo una serie. Sin vida no hay temas que contar. Sin temas que contar no hay vida para estos textos.

Vosotros, ¿qué hacéis cuando tenéis el cerebro frito? ¿Lo veis venir u os sorprende? Se me van cerrando los ojos cuando escribo estas líneas, que seguramente no debería estar escribiendo, pero que al final, paradójicamente, se están convirtiendo en mi último ‘status’ del lunes. No sé si el mejor, pero sí, al menos, el más sincero. Hoy toca descansar. Es importante saber detectarlo para poder volver más fuerte otra semana más. Aquí seguiré puntual.
Feliz lunes y que tengáis una gran semana.