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Edificios verdes, un futuro cercano y cuidadoso

Más del 80% de las viviendas construidas favorecen la contaminación y sin que nos demos cuenta, perjudican la calidad de vida de aquellos que las habitamos. Los edificios verdes promueven el uso de recursos naturales adaptando la arquitectura al entorno. Tienen como objetivo reducir el impacto medioambiental apostando por materiales reciclados.

Este fin ecológico no se refleja únicamente en el resultado final, cada paso, desde la planificación del proyecto hasta la maquinaria utilizada en la operación de construcción, está pensado de tal forma en la que el impacto sea el menor posible. Este tipo de construcciones apuestan por materiales verdes, es decir, materiales cuyo proceso de extracción, manufactura y disposición final tienen un impacto mínimo en la naturaleza como la madera, que además de tener numerosas ventajas, su transformación es mucho más barata y menos dañina que la de un ladrillo convencional. Algunos tipos de madera tienen una duración casi eterna, una función como aislante térmico que absorbe calor durante todo el año y una capacidad para aislar los ruidos mejor que la del hormigón. Un ladrillo menos convencional es el ladrillo de arcilla que además evita la aparición de la humedad. Piedras, ladrillos cerámicos o tierra son otros de los materiales elegidos.

Entre los beneficios que encontramos están la protección de la capa de ozono, ya que los productos que se utilizan no desprenden gases tóxicos, o la protección de ecosistemas. Además, los edificios con el certificado LEED, aquellos que integran la luz natural, favorecen los ambientes tranquilos que permiten reducir los niveles de estrés de sus habitantes.

¿Ahorramos realmente en energía?

Sí, el ahorro proviene de la eficiencia energética. Se potencia el uso de luz natural y esto supone un ahorro entre el 30 y el 50% de luz eléctrica, considerable si tenemos en cuenta que el precio de la luz en nuestro país a día de hoy es de 0,135 €/KWh en su hora más cara (de 21h-22h). Pero no solo ahorramos en luz, muchas de estas edificaciones almacenan agua de la propia lluvia, esto puede suponer un ahorro del 25%. Se denominan “edificios pasivos” aquellos que garantizan un clima interior confortable en todas las estaciones del año, lo que permite prescindir de un sistema de calefacción artificial.

¿Es un edificio verde más caro que un edificio normal?

Esta pregunta se responde analizando el porcentaje de construcción de edificios de uno u otro tipo. Según varios informes, se estima que el incremento de un precio a otro es del 15%. Esto se debe, en gran parte, a los materiales utilizados para la producción de energía solar. Este gasto se puede considerar como una inversión. Aunque el desembolso de dinero a corto plazo sea elevado, a largo plazo se traduce en ahorro energético.

Países como Canadá, China o Brasil han interiorizado esta forma sostenible de construcción. Estados Unidos además, ofrece apoyo financiero para este tipo de obras. En España existen programas de financiación que también certifican a estos edificios como ecológicos y, aunque no sea muy común su construcción, en nuestro país tenemos varios ejemplos como la sede de Google en Madrid, la sede del grupo textil Hallotex en Mataró (Barcelona) o el complejo residencial Arroyo Bonadal en Tres Cantos (Madrid).