La historia de Lancia es la auténtica historia de cómo se puede morir de éxito… Sin tener que recurrir al pasado más lejano, entre 1974 y 1992 Lancia consiguió en once ocasiones el campeonato del mundo de rallies de fabricantes –con modelos como el Stratos o el Delta– y sus pilotos –entre los que figuran nombres míticos como los de Juha Kankkunen o Massimo “Miki” Biasion– consiguieron en once ocasiones el título europeo de pilotos y seis veces el mundial.
Sin embargo, la marca fundada en 1906 por dos pilotos, Vincenzo Lancia y Claudio Fogolin, entró en el siglo XXI con mal pie: desde que en 2009 se produjera la fusión de Fiat (que se había convertido en propietaria de Lancia en 1969) con el grupo Chrysler, Lancia fue cayendo poco a poco en la irrelevancia hasta el punto de haber estado a punto, en 2017, de desaparecer…
Afortunadamente, en 2021 se produjo la creación de Stellantis, el cuarto mayor consorcio de fabricación de automóviles del mundo, al concretarse, después de dos años de arduas negociaciones, la fusión de los grupos FCA y PSA –que comercializa las marcas Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati, Abarth, Jeep, Chrysler, Dodge, RAM, Peugeot, Citroën, DS, Opel y Vauhall–, y el nuevo director ejecutivo del grupo resultante, el portugués Carlos Tavares, decidió relanzar todas y cada una de las catorce marcas, centrándose, especialmente, en aquellas que llevaban más tiempo en el ostracismo.
Así, Lancia, símbolo otrora de la máxima deportividad y la fascinación italiana por el diseño, se dispone a vivir una auténtica revolución, reconvertida en marca de lujo supremo… Así quedó de manifiesto con la presentación de su prototipo Pu+Ra HPE, para el que la palabra “sorpresa”, tantas veces empleada de forma exagerada, recupera plenamente su sentido: contemplar el prototipo supone quedarse con la boca abierta…
Y es que no se trata sólo del diseño exterior, algo en lo que todos los fabricantes echan el resto para situarse por delante de la competencia, sino, fundamentalmente, del diseño interior… Y ahí es donde todos nos quedamos turulatos, porque a ningún fabricante se le había ocurrido propiciar que fuera un fabricante de muebles de diseño espectacular, la marca italiana Cassina, la encargada de convertir el interior del Pu+Ra HP en un híbrido entre una nave espacial y el salón de una vivienda de lujo…: un cruce cultural sin precedentes.
Para diseñar los interiores del nuevo Lancia (que define los rasgos de diseño de los futuros automóviles de la marca turinesa que sí se comercializarán, el primero de los cuales será el nuevo Ypsilon, previsto para principios de 2024) se partió de ciertos complementos de mobiliario que definen el alma del hogar: la centralidad de los elementos tapizados en la zona de estar, la mesa de centro, elemento central “multifuncional”, y, por último, la calidez de los materiales que recuerda inmediatamente un ambiente doméstico con gran importancia dada al color.
No hay más que ver las imágenes para comprender cómo y hasta qué punto la inspiración en el diseño es evidente en las pantallas de mandos redondas y en los asientos delanteros, que toman su inspiración de los sillones Maralunga diseñados en 1974 por Vico Magistretti para Cassina. El prototipo recrea un espacio ecléctico inspirado en el diseño de interiores, el ambiente de las casas contemporáneas y la arquitectura fluida con gran atención al detalle en una composición general de formas puras.
Los grandes ventanales contribuyen, además, a inundar el habitáculo de luz natural, creando un ambiente acogedor, un espacio para ser vivido, que transmite la sensación típica de los hogares acogedores. El prototipo de Pu+Ra HPE de Lancia es la visión de la marca para los próximos diez años, en los que la marca se irá introduciendo en la era de la movilidad eléctrica con tres nuevos modelos, uno cada dos años, a partir de 2024, año en el que se presentará el nuevo Ypsilon.
A partir de 2026, Lancia sólo lanzará modelos 100% eléctricos y a partir de 2028 ya sólo venderá coches 100% eléctricos.
