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Aprende a tomar (grandes) decisiones

Tómate tu tiempo para reunir información
La ignorancia a veces es maravillosa, pero para tomar decisiones es mala compañera. Es complicado decidir sobre algo que desconoces, por eso, ante una gran decisión, deberías tomarte tu tiempo para buscar toda la información que creas necesaria para decantarte por una u otra opción. Con todas las cartas sobre la mesa se piensa mejor.

Busca a alguien que te pueda orientar
Como dice el refrán, “cada cual cuenta la feria según le va en ella”, así que no siempre son fiables las opiniones de aquellos que han hecho las cosas antes que tú, pero todo suma. Lo ideal sería hablar con más de una persona, así, de unas opiniones puedes extraer los pros, de otras los contras y formarte una opinión propia contrastada.

Consulta a alguien que no piense igual que tú
La autoconvicción a veces es totalmente negativa. Podemos estar totalmente equivocados pero seguir viendo las cosas color de rosa, por eso es importante hablar con alguien que habitualmente tenga opiniones diferentes a las nuestras y sacar otras conclusiones que quizá por nosotros mismos no veríamos.

Destierra a la vergüenza
Olvídate de qué dirán. Si quieres algo, ve a por ello. O, al menos, si decides no luchar, que no sea por miedo a lo que los demás piensen de ti. Para tomar una buena decisión lo mejor es pensar primero en ti, en lo que quieres realmente y en lo que te gusta. Te costará menos decidir echando a un lado la vergüenza.

Cambia de perspectiva
No veas todo blanco ni todo negro. Si lo ves demasiado bonito, piensa en los problemas que pueden surgir y, si lo ves demasiado feo, piensa en qué necesitarías para mejorar la situación. Ver desde otra perspectiva las cosas siempre ayuda a la hora de decidirte a hacer o no algo.