La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital en funciones, Nadia Calviño, se ha mostrado este sábado partidaria de «mantener hasta final de año la bajada e incluso la eliminación del IVA de los alimentos de primera necesidad», iniciativa que ha considerado un ejercicio para «apoyar las rentas de las familias», tras esgrimir que se constata «una tendencia positiva» como se apreció este viernes con el dato definitivo del IPC.
En declaraciones a los medios de comunicación en Cádiz, donde ha dado cuenta de la presentación de su candidatura a presidir el Banco Europeo de Inversiones (BEI), Calviño ha reconocido sobre el dato definitivo de los precios que «lo que estamos viendo es que sigue demasiado elevado» en el caso de los alimentos, situación que «se está viendo agravada por la sequía, por el cambio climático y por las malas cosechas».
«Lo que tenemos que seguir haciendo es seguir tomando medidas efectivas para amortiguar el impacto de la inflación sobre todo sobre las familias», ha remachado la vicepresidenta su reflexión sobre los distintos componentes del IPC.
La vicepresidenta y ministra en funciones ha esgrimido que «nuestra política económica funciona en un contexto internacional tan turbulento», convencida de que «la economía española sigue mostrando una notable fortaleza», por cuanto ha defendido «la fuerte creación de empleo», junto con el hecho de que «la inflación se sigue situando en el entorno del 2%, la inflación subyacente en el entorno del 6%, es lo que confirman los datos definitivos del mes de julio».
De igual forma, Calviño ha apuntado a la otra cara del consumo, las rentas de las familias, para apuntar entonces que «España es el país en el que más están creciendo» estas, un 5,4% solamente en un año», pese a lo cual ha planteado que «tenemos que seguir mejorando los sueldos y tenemos que seguir, por tanto, permitiendo a las familias españolas ganar capacidad adquisitiva como principal instrumento para poder amortiguar el impacto negativo de la subida de los precios», una circunstancia coyuntural que ha enmarcado en primera instancia por la subida de la energía por la guerra en Ucrania.