Economía

El PMI de servicios español resiste a la incertidumbre política, aunque crece al ritmo más débil de 2023

El crecimiento de la actividad del sector servicios español se desaceleró en julio hasta mínimos en lo que va de año, aunque logró mantenerse por noveno mes consecutivo por encima del nivel de ausencia de cambios del índice de gestores de compra (PMI), elaborado por S&P Global y Hamburg Commercial Bank.

En concreto, el índice PMI del sector servicios de España se situó en julio en 52,8 puntos desde los 53,4 del mes anterior, su peor lectura en lo que va de año, pero todavía por encima de los 50 puntos, umbral que separa la expansión de la contracción.

A su vez, el PMI manufacturero de España bajó hasta los 47,8 puntos desde los 48 el mes anterior, lo que situó el dato del PMI compuesto de la economía española en 51,7 puntos, frente a los 52,6 de junio.

«En general, el sector servicios español se mantiene en buena forma», según Cyrus de la Rubia, economista jefe de Hamburg Commercial Bank, para quien la incertidumbre en el contexto de las elecciones generales de julio «no tuvo un impacto notable en el sector servicios», ya
que la confianza empresarial sólo ha disminuido levemente desde un nivel alto.

Según los responsables de la encuesta, el crecimiento del sector servicios español perdió de nuevo impulso en medio de las señales de debilidad de la demanda del mercado, ya que el crecimiento observado de la actividad comercial y los nuevos pedidos fueron los más bajos en seis y siete meses respectivamente.

Asimismo, los niveles de empleo también aumentaron a un ritmo más débil y el nivel de pedidos pendientes se estabilizó.

De su lado, a pesar de los frecuentes comentarios sobre las persistentes presiones salariales, el último aumento de los costes de los insumos fue el menos pronunciado desde abril de 2021 y la tasa de inflación de los precios cobrados disminuyó hasta su mínima de veintidós meses.

De tal modo, a pesar de que el grado de confianza del sector servicios fue el menos pronunciado desde marzo pasado, se mantuvo una sensación general de optimismo entre las empresas ante las esperanzas de estabilidad política, mayor afluencia de clientes e inversión en el desarrollo de nuevos productos.