La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha advertido sobre cierta desaceleración de la economía española que se hará más patente tras el verano, debido a las tensiones geopolíticas, el impacto de la política monetaria restrictiva y de la inflación y al aumento de los costes empresariales, que puede afectar al empleo.
Tras conocer los datos de afiliación y paro de julio, que finaliza con 21.945 cotizantes más de media y 10.968 desempleados menos, la patronal ha destacado el papel «primordial» del sector privado como motor de la creación de empleo y el esfuerzo de las empresas por mantener y generar nuevos puestos de trabajo, a pesar de los riesgos e incertidumbres existentes. Eso sí, ha advertido de que, a pesar de ser «un mes bueno», hay ciertos signos de ralentización.
Ante esta situación, CEOE ha reiterado la necesidad de que se configure un Gobierno que garantice la estabilidad política e institucional y la seguridad jurídica imprescindibles para generar un clima de confianza capaz de evitar la parálisis ante la incertidumbre y de estimular la inversión y la actividad empresarial.
Para la organización empresarial se debe seguir avanzando en el refuerzo de mecanismos que faciliten el ajuste entre la oferta y la demanda de empleo –políticas activas de empleo, movilidad y formación a lo largo de la vida– para dar respuesta a las necesidades actuales y futuras del mercado de trabajo.