Todo emprendedor que se precie sabe que es necesario descansar. Pero por desgracia a veces pensamos en los descansos como algo que nos aleja de toda esa cantidad de trabajo con la que tenemos que lidiar. Pero trabajar sin descansar puede afectarnos más que ir parando poco a poco.
Los descansos funcionan. Hay estudios que muestran que tomar un pequeño descanso cada hora es más productivo que trabajar muchas horas seguidas. Otros han encontrar que nuestra actividad cerebral crece cuando dejamos a nuestra mente divagar. Por ello, solo necesitas realizar los descansos de la manera correcta.
Estructura tus descansos
Tu creatividad disminuye cuando te obligas a trabajar en periodos largos. Así que prueba la técnica del pomodoro. Es muy simple, cada 25 minutos, descansa cinco minutos. Si te da miedo trabajar en periodos cortos porque crees que no vas a poder completar tus tareas, puedes usar ese miedo como motivación para trabajar más rápido.
Una mente curiosa es una mente productiva
Uno de los métodos más productivos en los que gastar tus descansos es básicamente no haciendo nada. Lo sé, para los adictos al trabajo esto no es una opción. Lo único que tenéis que hacer es ignorar la tentación de utilizar estos descansos para realizar algún que otro recado. Así que utilizad las redes sociales, o simplemente no hagáis absolutamente nada. Dar tiempo a tu cerebro para que descanse es la mejor de las opciones.
Sincroniza los descansos y socializa
Si tu trabajo es básicamente un trabajo individual, los descansos te aportarán la ocasión perfecta para socializar con tus compañeros de trabajo. Si es posible, haz los descansos a la vez que tus compañeros, así podrás mantener conversaciones, comer o ver algún video gracioso. Esto hará que tus relaciones se refuercen.
Cuando planifiques tus descansos, recuerda utilizar las siguientes claves: han de ser cortos, simples y sociales.