Olson optó por la vía digital, con una inversión inicial de 500 euros para la plataforma y 600 euros para el inventario. “La tienda online proporciona una forma segura y de bajo costo para probar mi mercado y la mezcla de productos”, dice. Ahora Graystone Industries cuenta con una oficina y un almacén, además de la página original, y está proyectando cerca de 2 millones de ventas.
Pero Olson es solo un caso más de los proyectos que no saben qué modelo de negocio aplicar. Por supuesto, cada negocio es un mundo y dentro de las ventajas y desventajas de cada opción, es el propio negocio quién te guiará a elegir entre una estrategia u otra.
Una experiencia táctil
Era 2009 y Eyal Levy pensó en una estrategia online para la venta de lo que llamaba “muebles saco de alubias” (véase muebles rellenos de perlas de poliestireno expandido, EPS). Unos meses más tarde, el ahora consejero delegado de la empresa, Yogibo, cuenta que necesitaba un local de ladrillo y cemento para su negocio.
“Nuestros productos son táctiles. Para entender mejor el valor de Yogibo, las personas necesitan experimentarlo físicamente”, dice Levy. Hoy en día la compañía cuenta con 18 tiendas al por menos y cinco proyectos pendientes.
“El negocio online reduce sus gastos, pero reciben más ingresos gracias a la tienda física”, dice Levy. Así, mientras que los locales requieren una inversión de capital mayor, dice que no se arrepiente.
Una tienda que viaja.
En un principio Emily Dell consideró que para lanzar su boutique de moda era imprescindible un local tradicional. Pero en lugar de preocuparse por el alquiler, ella eligió un nuevo modelo: una tienda móvil.
“Soy capaz de probar nuevos mercados y encontrar nuevos clientes cada día viajando al norte, al sur, al este o al oeste”, dice Dell de Runaway, el negocio que comenzó en Nueva Jersey. En su sitio web, los clientes pueden realizar compras online o averiguar dónde pueden reunirse con ella para hacer sus compras en persona. El descenso del precio de la gasolina compensa los gastos de alquiler de un local tradicional.
Entrenamiento a distancia.
Mientras estudiaba Educación Física en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Jazmin Truesdale se convirtió en entrenadora personal para ganar dinero extra. Llegó a recaudar cerca de 150 euros al mes en gimnasios en los que era socio (podría utilizar sus instalaciones para entrenar a los clientes).
El trabajo era constante, pero acabó frustrándose cuando algunos de sus clientes empezaron a abandonar sus propuestas de entrenamiento. En 2004 Truesdale lanzó un gimnasio virtual.
Jazmin fitness ahora cuenta con más de 10.000 miembros que gastan un promedio de 9 euros al mes en paquetes de nutrición y ejercicio. “A menudo, la gente no necesita necesariamente un entrenador, sólo necesitan orientación”, dice ella.
Truesdale gasta 25 euros al mes en sus sitios web y ella se encarga de gran parte los contenidos de su web, las estrategias de marketing y el branding. “Muchas empresas fracasan porque no pueden cubrir sus gastos generales. Yo nunca voy a tener ese problema”.