Oriunda de Buenos Aires (Argentina) y ciudadana del mundo, Natalia Simeone (1974) siempre lleva un buen puñado de dotes de negociación y mediación de conflictos en su equipaje de mano. Como quien saca artilugios de una chistera, Simeone podría hacer lo propio con las historias que a lo largo de su amplia trayectoria profesional ha tenido que lidiar. Primero, como abogada; después, como agente de futbolistas.
Hermana del entrenador del Atlético de Madrid, Diego Simeone, más conocido como ‘el Cholo’ [considerado el mejor entrenador de la década 2011-2020 por la Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS)], Natalia nos relata en exclusiva para FORBES cómo es trabajar con estrellas del fútbol: «Siempre digo que nosotros,, los que acompañamos a los verdaderos protagonistas, debemos entender sólo somos herramientas para lograr el beneficio máximo de nuestros representados». Apasionada de lo que hace, reconoce que «el trabajo se vuelve fácil si aquellos para los cuales trabaja son gente que respeta lo que hago». Y uno de ellos, es el Cholo, a quien le reconoce una máxima calidad personal y profesional, lo que hace que ella se autoexija más. Una cadena de valores que sólo trae beneficios tanto al representante como al representado, y que adquiere mayor relevancia cuando se trata de trabajar con personas públicas y de elevado reconocimiento social y componente reputacional delicado, porque «nosotros no saltamos al terreno de juego, pero podemos contribuir a que el trabajo de los que lo hacen sea más fácil, llevadero o todo lo contrario».
Pero ser agente de fútbol no es casual en el caso de Natalia Simeone. Más bien, causal. Perteneciente a una familia sinónimo de fútbol, su dedicación profesional parece una consecuencia lógica. «Si bien es cierto que nada más acabar la carrera de derecho estuve valorando distintas opciones, pero mi profesión actual fue mi destino por naturaleza», reconoce la jurista. Sin embargo, a pesar de enfrentarse a un futuro escrito, en sus inicios, su mayor preocupación fue adquirir una formación adecuada, tener el conocimiento profesional selecto para abordar retos de gran envergadura. Natalia empezó despacio, estudiando y observando todo, aprendiendo y conociendo a las personas y las entidades. Un proceso largo hasta llegar a desarrollar funciones de agente deportivo, un camino en el que lleva inmersa tantos años como desea que le esperen por delante.
«Las dinámicas del fútbol siempre entra en colisión con los proyectos a largo plazo. Lo que se logró ayer quedó en el olvido, porque lo que vale siempre es el hoy, el próximo partido y poco más».
Un viaje que en 2004 dio como resultado la firma de abogados Simeone, un bufet especializado en derecho deportivo que ofrece asesoramiento jurídico y financiero, de negociación, redacción y rescisión de contratos de entrenadores, técnicos y jugadores profesionales, además de mediación privada y resolución de conflictos en derecho deportivo. Amplio y arduo volumen de servicios al tratarse de una industria muy exigente, que genera muchísimo dinero, en donde la necesidad de lograr objetivos no permite que el track record pese a la hora de valorar un trabajo. En cuanto a si este deporte presenta mayor o menos complejidad de funcionamiento que otros, Simeone destacada que «las dinámicas del fútbol siempre entra en colisión con los proyectos a largo plazo. Lo que se logró ayer quedó en el olvido, porque lo que vale siempre es el hoy, el próximo partido y poco más». Por todo ello, «una de las premias indiscutibles para mí es la confianza, que arrastran confidencialidad y discreción. Eso unido al trabajo profesional de máximo nivel y al respeto por las personas y las entidades del ecosistema. Quiero decir: si tengo colores, son los colores de mis principios como persona y profesional».
Esta empresaria avalada por años de experiencia y un máster en Dirección Financiera y Control por EAE Business School comenta a Forbes las dotes que, bajo su experiencia personal, se necesitan para llevar a cabo una buena negociación y mediación de conflictos, una constante en su día a día. «Hay que tener una comunicación efectiva, ser capaz de expresar claramente tus ideas y escuchar atentamente a los demás –y continúa– las personas hablan todo el tiempo y es en la comunicación analógica o no verbal donde descubres si el otro está cómodo en la negociación o no». Por otro lado, resalta la empatía: «Ponerte en el lugar del otro, comprender sus preocupaciones y necesidades para poder encontrar soluciones beneficiosas para ambas partes, es necesario». Y por último, ser flexibles para valorar nuevas circunstancias y considerar diferentes opciones y alternativas para leer el timing de la negociación. «Es un pool de habilidades complejo, pero que vas adquiriendo. Cada negociación es distinta, pero es una experiencia que te prepara para la siguiente», sentencia la entrevistada.
Declaraciones dadas por una mujer que cuenta con un amplio bagaje de cargos, más allá de su trabajo diario. No sólo es mediadora del TAD [Tribunal de Arbitraje Deportivo], miembro de la WISLAW [Asociación Internacional de Mujeres en el Derecho Deportivo], de la AIAF [Asociación Internacional de Abogados de Fútbol] y de la AEADE [Asociación Europea del Arbitraje], sino que es una de las pocas mujeres presentes en las dos grandes instituciones del fútbol mundial: miembro del FAWG [Football Working Group, comité de trabajo de la FIFA] y presidenta del Comité de Ética de la Conmebol [Confederación Sudamericana de Fútbol].
Y es en lo referente a la escasa presencia femenina en estas dos grandes instituciones donde Simeone se muestra tajante: «Llevo 26 años en la industria y de verdad creo que las cosas han cambiado. Tengo mujeres colegas que ostentan cargos importantes y lo hacen muy bien. Y creo que cada vez habrá más. Hay referentes y se han superado determinadas barreras sociales y creo que el camino lo recorrerán mujeres, porque hoy la posibilidad existe si existe la voluntad». Y puntualiza que muy por delante de la cuestión de la paridad, se debería poner el foco en la capacidad y no en el género, porque «la paridad es buena si parte de la base de que la competencia tenga el acento en la capacidad al postulante».
«Más que en paridad hay que evolucionar en saber captar talento basada en las capacidades de trabajo y no tanto en cuestiones de género».
Es en lo referente a la existencia de un techo de cristal real, muchas veces impuesto por las propias mujeres al pensar que no pueden igualar o superar la gestión de sus compañeros, Simeone dice que «si bien es cierto que algunas mujeres internalizan estos estereotipos y se limitan a sí mismas, no se puede atribuir únicamente a esto la existencia de un techo de cristal» y evidencia que es un problema complejo y multifacético, que requiere de atención y acciones por parte de la sociedad en general, así como de las empresas y las propias mujeres. Para ella está claro: «Es importante reconocer que muchas mujeres tiene las capacidades y habilidades necesarias para ocupar puestos de liderazgos y gestión, y es ahí donde hay que poner el foco; y para ello es importante que haya referentes, dar voz a esas mujeres que en un momento dado podemos estar en estas posiciones para lograr inspirar a mujeres que estén interesadas en trabajar en esta industria y que sólo vean el límite donde ellas lo quieran ver».
Una vez aclarado el tema de la presencia femenina en cargos de liderazgo, la siguiente cuestión a abordar es si el fútbol [deporte masculino por antonomasia] sigue viéndose como tal o si, por el contrario, también ha experimentado una evolución. «Tiene distinta evolución en el tiempo, porque tiene distinto punto de partida temporal», reflexiona esta letrada, quien señala dos cuestiones. Una de ellas, la creciente presencia de mujeres en el fútbol, incluido el masculino, y el crecimiento de este deporte femenino como deporte e industria. Para ella, las dos cuestiones están evolucionando con tendencia positiva de crecimiento.
Aunque al preguntarle por su lista de enseñanzas que transmite en los diferentes seminarios, conferencias y reuniones que importa en las instituciones en las que tiene membresía, lo tiene claro: «No hay acto más noble que compartir conocimiento. Lo que más me gustaba cuando yo era aprendiz es que aquellos que me enseñaban fueran generosos. Por eso, ahora que enseño yo, intento transmitir todo lo que recogí de esos años y mi experiencia, e invito a que sean creativos y apasionados. Esto tiene que ser como en la cocina: el secreto está en la mano del cocinero, no en la receta». Pero en esas charlas también deja hueco para el tratamiento de la necesidad de crear todo el tiempo distintas alternativas y la adaptación a las diferentes situaciones que puedan darse.
Simeone, que se define apasionada, empática, neutral, sensible, también es crítica consigo misma y humilde, ya que reconoce que son los agentes y las personas que están cerca de los protagonistas de este deporte, también los que se dedican a la industria, quienes tienen siempre margen de mejora.