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Ignasi Armengol: «La voluntad es construir un legado y que la America’s Cup traspase el año 2024»

Entrevista con el director general de la Fundación Barcelona Capital Náutica

Barcelona se sumerge ya en los preparativos de la Copa América de Vela, una de las competiciones deportivas más importantes del mundo y que la Ciudad Condal acogerá a partir del año que viene, aunque su llegada ya se vive en su Puerto, donde los equipos participantes ponen todo a punto.

Un éxito colectivo, de la ciudad y del entendimiento entre administraciones públicas y privadas, donde la Fundación Barcelona Capital Náutica tiene mucho que decir, como nexo de unión entre la ciudadanía y los más altos mandos, y con el objetivo de que todo salga rodado y el legado de la America’s Cup perdure más allá del 2024.

Ignasi Armengol (Barcelona, 1964), su director general, tiene una amplia experiencia en campos de gestión pública de grandes organizaciones con proyectos para la transformación y mejora de las ciudades. Entre otros trabajos, ha sido director general del Servicio de Autobuses de Barcelona (TMB), director general de Servicios Municipales de Barcelona (BSM) o gerente internacional del Grupo Vectalia y, ahora, una de las personas clave en la Copa América.

Con él tenemos la oportunidad de hablar. Hace una pausa a su ajetreado día a día para contarnos su trabajo, la importante de este evento para la ciudad y todo un país, y las claves que harán de Barcelona la capital náutica mundial por excelencia.

PREGUNTA. ¿Qué supone que la Copa América se vaya a celebrar en Barcelona?

RESPUESTA. En primer lugar, yo utilizo siempre la misma palabra: es una oportunidad. Oportunidad en los cinco sentidos, pero sobre todo, por volver a tener esta dimensión de ciudad como anfitriona de un acontecimiento deportivo que, dentro del mundo de la náutica, es el más importante en cuanto a navegación no oceánica. Es el de más prestigio y el más histórico de todos.

Es una gran oportunidad para la ciudad, para poder demostrar su capacidad a la hora de organizar eventos, sus habilidades a la hora de recepcionar tanto a visitantes como a todo el ecosistema alrededor de la náutica deportiva y de congregar a todas las administraciones a favor de un mismo evento. En este último, por ejemplo, está el Ministerio de Cultura y Deportes, la Generalitat, el Ayuntamiento, la Diputación, la Cámara de Comercio, el Puerto de Barcelona, Barcelona Global… Estamos todos para un mismo acontecimiento y esta es una de las grandes fortalezas.

P. Qué importante esta unión entre lo público y lo privado.

R. Fruto de la muy buena colaboración entre el ámbito publico y privado y de la voluntad de haberlo mantenido constante. De ahí que se unieran todas las administraciones dentro de una fundación que ahora la llamamos Barcelona Capital Náutica, pero que ya era heredera de la Fundación Navegación Oceánica de Barcelona, que ya había sido referente en la organización de grandes regatas oceánicas.

Esa agrupación y ese trabajo conjunto entre el mundo público y privado está siendo permanente y casi diario.

P. Nacisteis como Fundación Navegación Oceánica Barcelona. ¿En qué momento os planteasteis ese cambio a Barcelona Capital Náutica?

R. Fue justo en el mismo momento en el que el organizador neozelandés decidió Barcelona como sede final de la 37ª edición de la Copa América. En ese momento, las administraciones y entidades privadas que habían estado participando en el proceso de negociación dijeron: ‘Necesitamos una entidad que nos agrupe, que nos hermane y que nos permita trabajar día a día con la Copa América’.

Identificaron que ya había una fundación que tenía un pasado lleno de éxitos, que había creado la regata de la Barcelona World Race y la Barcelona Nueva York e identificaron que esa era la entidad perfecta. Modificamos los estatutos y le cambiamos el nombre porque es evidente que la Copa de América no es una competición oceánica y nos pareció más oportuno, sin perder ningún elemento de los anteriores en cuanto a formación, divulgación del deporte de base y el resto de deportes de mar, pero nos pareció que de esta manera apoyábamos mejor la Copa y haríamos más identificable nuestro propósito.

P. Qué aporta la Fundación al torneo.

R. Como congregación de instituciones y administraciones, lo que tenemos son dos grandes competencias. Una de coordinación entre administraciones, pero también vamos coordinando las acciones con el organizador como ventanilla única. Ayudamos y agilizamos al organizador para que entienda todo el acervo legal, jurídico y normativo que hemos de ir modificando en algunas ocasiones por temas fiscales, portuarios… Le ayudamos a identificar cuáles son los pasos a dar. Ayudamos, en definitiva, en esa complejidad que le sería moverse al organizador.

Por otro lado, hay una competencia muy importante a la que dedicamos mucho esfuerzo. Las administraciones han querido que, además de ser una competición deportiva de primer nivel, quieren que sea un antes y un después en el mundo de la náutica y en el mundo del deporte de base y de todo lo que llamamos clúster náutico. Ahí, nos han pedido que desarrollemos una serie de proyectos de legado. La voluntad es construir un legado y que la America’s Cup traspase el año 2024 y quede establecida en Barcelona de una forma potente.

P. Háblame un poco más de ese legado y proyectos para la Copa América.

R. Hay mucha satisfacción y orgullo de haber sido capaces de traer la Copa América sin construir nada nuevo. Donde nos estamos centrando es en proyectos más ‘inmateriales’, que van desde construir un sistema de voluntarios que vuelvan a hacer crecer el orgullo de pertenencia a los ciudadanos de Barcelona, Cataluña y España, hasta temas que van mucho más vinculados a la tecnología, la innovación, la sostenibilidad oceánica, la formación, el deporte de base… Estamos intentando crear o potenciar proyectos existentes.

Uno de los proyectos más interesantes es, en el ámbito de la tecnología e industria es construir 10 embarcaciones eléctricas que sean útiles durante la Copa América y que demuestre la capacidad tecnológica e industrial de las navieras catalanas a la hora de dar el salto a la descarbonización también en el mar.

«Vamos a hacer una ceremonia
de inauguración de primer nivel»

Otro, de ámbito más cultural, es que vamos a hacer una ceremonia de inauguración no muy clásica en la Copa América, pero sí ligada al ámbito de conocimiento que tiene la ciudad de Barcelona y a las artes industriales creativas. Hemos congregado a un conjunto de empresas que han presentado unas propuestas y vamos a hacer una ceremonia de primer nivel y que se va a televisar.

Por último, hemos conseguido que Barcelona sea la sede del Congreso Mundial de la UNESCO en 2024 y vamos a intentar unir UNESCO, organizadores de Copa América y World Sailing –Federación Internacional de Vela– y que se demuestre que a través del deporte de alta competición podemos trabajar en la sostenibilidad.

P. Un voluntariado que va a ser clave.

R. Ese para nosotros es de los proyectos más importantes. Quiere volver a vivirse en la ciudad ese ánimo y ese espíritu de gente que entiende que su participación sirve para recepcionar bien a los participantes, para que los equipos se sientan bien recibidos y para que haya esa confluencia entre el ánimo ciudadano, la competición y los organizadores. Para nosotros es un elemento clave. Es un gran eje de vertebración de la ciudadanía con la competición, para que se entienda, se quiera, se pueda continuar en el futuro y para hacer del evento deportivo algo más que un evento y convertirlo en un tema de orgullo.

Preparativos de las sedes de los equipos de la America’s Cup en el Puerto de Barcelona

P. Está claro que uno de los fuertes de Barcelona es su gran infraestructura. No le falta de nada.

R. Efectivamente. Aquí se hizo un esfuerzo para ver, a pesar de tener un puerto que está al 100% de actividad, de ser imaginativos y buscar espacios dentro del puerto donde poder construir las bases, que son construcciones efímeras, pero sí que hacía falta el esfuerzo que ha hecho el puerto. Hay un elemento importante: se va a hacer todo en el puerto abierto, en el puerto de ciudad, no en la parte interior ni en las dársenas más industriales. Lo vamos a hacer en la parte del puerto que son calles, en un lado está el mar y en el otro plazas, restaurantes y casas de vecinos.

Esto significaba una voluntad y un valor que tanto los organizadores como la ciudad querían poner sobre la mesa, que era no construir nada específico, sino reaprovechar lo que tenemos y salir a la ciudad. No se va a necesitar una entrada o un colgante en el cuello o brazalete. Cualquier persona va a poder ver los barcos navegar, se va a poder acercar a ver la competición desde la playa, sin ningún tipo de tickets. Esta idea de abrirlo a la ciudadanía y de hacerlo más democrático es una de las fortalezas de Barcelona.

P. ¿Ve una Barcelona sede de la Copa América más allá de 2024?

R. Una de las gracias que tiene la competición de la Copa América y que son temas que van ligados a normas que se crean en el año 1851 cuando se empieza es que el ganador de cada edición decide no solo la tipología del barco, sino que decide la ubicación donde se va a celebrar la siguiente competición. Esa atribución la tiene el ganador, que en esta ocasión ha tenido el equipo neozelandés y ha decidido no hacerlo en Nueva Zelanda sino buscar otro sitio como Barcelona.

¿Podría hacer otro lo mismo? Podría y estamos convencidos de que si Barcelona lo hace bien como lo vamos a hacer y demostramos que podemos ser una sede excepcional para cualquiera de los organizadores, esa es una posibilidad que queremos pensar que existe. En cualquier caso, la va a decidir siempre el ganador de la edición en Barcelona.

P. Hemos hablado mucho de la Copa, pero, personalmente, ¿qué supone para Ignasi Armengol ser el director de esta Fundación con lo que viene ahora…?

R. Es un reto profesional. Mi experiencia profesional ha estado siempre vinculada a la gestión de servicios públicos. En algunas ocasiones en organizaciones públicas y en otras en privadas, pero siempre he estado en este campo. En esta ocasión, teniendo un patronato con ocho patrones con instituciones públicas de gran tamaño, tiene su complejidad gestionar esta relación entre estas potencias, pero es un gozo ver cómo todo el mundo está con una voluntad de participar con el organizador neozelandés mano con mano para conseguir que esto sea un éxito a todos los niveles: en el deportivo, en el industrial, en cuanto a sostenibilidad… Conjugar todos estos elementos es un gozo y por mi parte lo estoy disfrutando mucho.

P. ¿Cuál te gustaría que fuese el titular que apareciese en los medios el día después de que se terminase la Copa América en Barcelona?

R. Te voy a ser sincero. Nunca me habían hecho esa pregunta. Para mí, el éxito debe ser conjugar que a nivel deportivo todo salga perfecto y que sea una competición bonita, bien trabajada, que las pruebas femeninas y juvenil sean un éxito y que tengan una dimensión en el futuro; pero también hemos de conseguir, a que haya una involucración social grande, que la gente quiera ser voluntaria, que venga a las playas a ver el acontecimiento, que vaya al village, que venga a visitar la ciudad, a museos por la mañana y por la tarde a la regata… Ese sería el éxito verdadero: que haya un grado de involucración de la ciudadanía y que seamos capaces de recibir a todos los visitantes que quieran venir. Que eso sea un conjunto que funcione bien.

Entrenamientos en la Bahía de Barcelona

P. La Copa América acabará y la Fundación seguirá. ¿Cuál es su continuación en el futuro?

R. La Fundación tiene dos ejes de trabajo: todo lo vinculado con el deporte base y la formación en las escuelas de los temas naúticos. Lo estamos intentado potenciar. No tiene la visión externa que tiene la Copa América, pero nosotros eso no solo no lo hemos dejado, sino que queremos estar al lado de todas las competiciones y clubs trabajando día a día en el campo de la náutica. Tenemos que aprovechar la Copa América para hacerlos más grandes y que la gente lo reconozca, que haya más chicos que quieran hacer deportes de mar y que haya gente mayor que quiera alquilar un barco, por ejemplo.

También tenemos la esperanza de hacer ver que somos capaces de organizar una Copa América y mostrarnos al mundo como receptores, participantes y organizadores de otros grandes eventos náuticos que existen. Estamos abiertos a todo. Como ciudad, vamos a demostrar que tenemos esa capacidad de ser esa capital náutica que queremos ser.

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