Eso que flotaba sobre el mar no era un barco más, sino un náufrago que llevaba tres meses a la deriva. Podría parecer un extracto de un libro de aventuras, pero no. Es la historia de un rescate en aguas del Pacífico durante la semana pasada, cuando el piloto de un helicóptero de la compañía pesquera Grupomar avistó un pequeño catamarán blanco que se balanceaba en medio de la vasta extensión azul, a más de 1.200 millas de tierra. A bordo se encontraba un hombre de 54 años llamado Timothy Shaddock, junto a su fiel compañera, una perra llamada Bella. Su increíble historia de supervivencia ha dejado al mundo atónito.
Según relató Shaddock, de nacionalidad australiana, él y Bella zarparon de México en su catamarán llamado Aloha Toa, con la intención de llegar a la Polinesia Francesa, un viaje de casi 4.000 millas. Sin embargo, unas semanas después de comenzar su travesía, una tormenta azotó el barco, dejándolo gravemente dañado. Esto los dejó a la deriva en medio del océano, sin avistar tierra durante meses.
Para sobrevivir, Shaddock tuvo que luchar contra el agotamiento, la desesperación y el hambre. Durante este tiempo, pescaba atún y comía crudo, además de beber agua de lluvia para mantenerse con vida. Aunque tenía «buenas provisiones» en el barco y comía mucho atún, el hambre y el cansancio lo llevaron a perder mucho peso y su salud se deterioró.
La única compañera constante en esta difícil travesía fue Bella, su perra. Esta fiel amiga había decidido seguirle desde México y nunca se separó de él, brindándole consuelo y compañía en medio del océano.
Finalmente, el jueves pasado, un helicóptero avistó el catamarán de Shaddock, marcando la primera señal de vida humana que había visto en meses. El piloto del helicóptero se acercó al catamarán y ofreció ayuda y agua al náufrago, lo que marcó el inicio de su rescate.
La empresa pesquera Grupomar informó que avisaron a las autoridades, incluida la embajada australiana, para que pudieran brindar asistencia consular y ayudar al Shaddock a regresar sano y salvo a tierra. Timothy Shaddock expresó su profundo agradecimiento al capitán del pesquero, a la tripulación y a Grupomar por salvarle la vida.
Aunque Shaddock confesó su amor por el mar, afirma no estar dispuesto a volver a navegar pronto, riendo cuando los medios le preguntaron sobre la posibilidad de futuras travesías.