Por supuesto que había muchas personas con la mente cerrada en Charlottesville. Pero eso no debería bastar para eclipsar a las buenas noticias. Estados Unidos se está convirtiendo en una nación más tolerante. A diferencia de su presidente Donald Trump, la mayoría de los ciudadanos tienen una opinión muy lógica hacia los grupos promovidos por el odio que atacaron en Virginia hace un par de semanas.
Uno de los cambios más interesantes en los últimos años, es la actitud de las personas hacia los matrimonios interraciales. En 1968, un año después de que al matrimonio interracial se le diera protección constitucional, un 73% de las personas se oponían a este tipo de uniones, incluyendo a un tercio de los afroamericanos. Solo el 20% los aprobaban. En 2013 esto cambió, la empresa de encuestas y estadísticas, Gallup, realizó la misma pregunta y el cambió fue espectacular. Un 87% de la población aprueba el matrimonio interracial, y solo un 11% se opone.
Por desgracia, muchas de las personas que se consideran multirraciales han sido objeto de burla. Pero por otra parte son personas jóvenes, orgullosas, tolerante y están creciendo tres veces más que el resto de la población americana.
El matrimonio entre personas del mismo sexo ha sufrido muchos problemas en Estados Unidos. Mientras los políticos más democráticos como Barack Obama, y Hillary Clinton, lucharán por la obtención de estos derechos, el presidente actual no muestra ningún respeto por ellos y por su colectivo.
Por otra parte, los niveles de crimen y divorcios han caído a niveles que no se habían visto desde la década de los 70. También las cifras de aborto han bajado desde que el aborto se convirtiera en un derecho constitucional en 1973.
Por supuesto que sigue habiendo demasiada droga, demasiado crimen y demasiado racismo. Pero poco a poco están saliendo de ese círculo, y la nación está adoptando una postura más tolerante.