Con la adaptación global a las redes sociales, podemos compartir nuestra vida con más personas, y resulta más fácil que nunca.
Esto es una maravilla en muchos sentidos, pero tenemos que tener en cuenta que las redes sociales tienen una cara oscura. Por tanto, ¿hasta qué punto es bueno involucrar a nuestros hijos desde que nacen?
El sharenting es el acto por el cual los padres suben fotografías de sus hijos a las redes, y como todo en las redes sociales, tiene sus pros y sus contras. Entre sus beneficios, podemos encontrar el hecho de compartir momentos y actualizaciones con familiares y amigos, particularmente los que más lejos de nosotros viven. Pero tiene muchos inconvenientes también.
Los riesgos más importantes son los que tienen que ver con la privacidad. Por desgracia, las redes está repletas de depredadores, y tristemente, estos depredadores focalizan su atención en los niños. Por esto, compartir detalles sobre tus hijos puede ser una idea a pensar dos veces. Una vez publicas una foto de tu hijo en una red social, pierdes el control sobre ella.
Por supuesto que existen formas que ayudan a prevenir esto, como privatizar al máximo tus redes para que solo las personas que tú conozcas las puedan ver. Pero la preocupación por el sharenting va más allá de lo que otras personas puedan hacer con las fotos que estás publicando. Pero la generación millennial no es tan precavida como lo son las anteriores.
La cultura de las redes sociales en la que estamos inmersos sigue siendo muy nueva, aunque no lo parezca. No sabemos cuáles son las implicaciones a largo plazo para nuestros hijos. Por ello tenemos que considerar que cada fotografía, cada comentario y cada publicación van a dejar siempre un rastro. Estamos enseñando a nuestros hijos que los momentos privados han de compartirse, y eso hace que pierdan la magia, aunque estemos muy acostumbrados a ello.
Por tanto, la próxima vez que vayas a publicar una fotografía de tus hijos, piensa si es realmente necesario.