7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Aunque suene incluso más ridículo, podemos aprender sobre negocios con ellos. Aquí os dejamos 7 ejemplos.
Todo el mundo necesita tiempo para jugar
Ser el perro no puede ser solo cuidar de la casa y proteger a las personas. Al igual que en el trabajo no puede ser siempre todo serio o vendrá el estrés.
Si quieres que tu equipo de lo mejor sí mismo cuando lo necesitas, dales espacio para divertirse y dar paso a la creatividad. Dales la oportunidad de entrenar sus habilidades y probar nuevas ideas. Disfruta de la innovación.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Todos necesitamos comer bien y hacer ejercicio
No puedes encerrar a un perro todo el día y esperar resultados positivos, todos necesitamos equilibrio. Si solo trabajamos y no jugamos, los trabajadores no somos felices.
Todos necesitamos tiempo para ir al gimnasio, para nuestras familias, nuestros intereses fuera del trabajo. Esto hace que los trabajadores aumenten su productividad.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Algunos cachorros necesitan más tiempo de entrenamiento que otros
Algunos perros son muy ágiles y cogen la pelota al vuelo en el primer intento, o simplemente saben hacer un montón de trucos. Otros necesitan más ayuda, es comprensible, por eso existen líderes y mentores.
Con paciencia y persistencia, la mayoría de las personas aprenden a dominar una habilidad, pero cada una se acerca a ella de forma distinta. Identifica lo que motiva a tus trabajadores y trabaja con ello.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Todos tienen diferentes habilidades
Lo has intentado mil veces, y tú perro no te devuelve la pelota. Sin embargo se sienta cuando se lo dices, y se hace el muerto como nadie
En la oficina, algunas personas son muy buenas con los detalles, otras resolviendo problemas, otras motivan a las personas. Encuentra las habilidades de tus trabajadores y mejóralas al máximo.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Puedes enseñar nuevos trucos a un perro viejo
Es triste ver como observan los perros más viejos a los cachorros. A lo mejor ya no tienen el entusiasmo que tenían hace unos años, pero tienen mucha sabiduría, e ignorarles supone privarnos de una gran experiencia.
Presta atención, no pases por alto su lealtad y toda su experiencia, esto hará crecer su entusiasmo. A veces, solo necesitan sentirse apreciados.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Todos cometemos errores
A veces es un problema de entrenamiento, otras veces un exceso de entusiasmo. No todos conseguimos hacerlo todo bien a la primera. Lo mejor es que tu equipo sienta seguridad ante el fracaso. Así es como aprenderán y crecerán.
7 Lecciones empresariales que aprendí de mi perro
Algunos perros son más bien ovejas negras, pero identificar las razones subyacentes es la clave del éxito
Tristemente, como los humanos, algunos perros te van a mirar fijamente a los ojos mientras hacen pis en la alfombra. Pero aquí es cuando tú tienes que mirar más allá. A lo mejor han tenido una mala experiencia en el pasado, puede que tengan miedo. A lo mejor no están entrenados para hacerlo mejor.
Cuando las personas o los perros se comportan de esta forma, es por miedo o por dolor. Identifica las razones y trabaja con ellas.
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