La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) considera que la economía española ha aguantado mejor de lo esperado en la primera mitad de 2023, tanto en términos de actividad como de precios, y cree que la crisis inflacionaria ya «ha comenzado a remitir».
«No sólo parece que hemos sorteado la recesión que muchos analistas preveían hace unos meses, sino que la crisis inflacionaria ha comenzado a remitir», ha destacado la Fundación su último Boletín sobre la situación económica y la respuesta a la crisis de Ucrania.
En cuanto a la respuesta del Gobierno a esta crisis, Fedea considera que habría sido preferible concentrar aún más las ayudas en los hogares y sectores más afectados mediante ayudas directas selectivas, evitando las subvenciones generales a la energía y ciertos alimentos que tienen un elevado coste y recaen en buena parte sobre hogares y empresas que no los necesitan.
«La cercanía de las elecciones dificulta la introducción de cualquier medida que pueda ser percibida como un recorte. Esperemos que, una vez pasados los comicios, se apueste más decididamente por la eficiencia», ha señalado la Fundación.
Pese a la buena evolución económica, Fedea lamenta que España haya sido de los últimos países en recuperar el nivel de PIB prepandemia y en este momento ocupa la penúltima posición de la UE en términos del crecimiento del PIB real acumulado entre el primer trimestre de 2019 y el primero de 2023, por delante sólo de Alemania que ha entrado en recesión en los últimos meses.
EVITAR «LECTURAS TRIUNFALISTAS» SOBRE EL EMPLEO
En cuanto a la evolución del empleo, la Fundación considera que está siendo también mejor de lo esperado, pero advierte de que se debe hacer una lectura «cuidadosa de los indicadores disponibles y las limitaciones de los datos existentes», especialmente sobre los trabajadores con contratos fijos discontinuos. «Esto apunta a la necesidad de evitar lecturas triunfalistas del comportamiento de esta variable», ha recalcado.
Así, mientras que el número de afiliaciones a la Seguridad Social se sitúa en torno al 8% por encima del nivel prepandemia, las horas trabajadas siguen ligeramente por debajo de esta referencia.
En la misma línea, mientras que el paro registrado se situaba en 2022 claramente por debajo de su nivel de 2019 y ha continuado reduciéndose a buen ritmo en 2023, el paro efectivo –en el que se incluyen los trabajadores con contrato fijo discontinuo que se han inscrito en el SEPE como demandantes de empleo– registra una evolución muy diferente: esta variable cae entre 2019 y 2022 mucho menos que el paro registrado y repunta durante el ejercicio en curso (con respecto al mismo mes de otros años), habiendo superado el nivel de 2022 en marzo y el de 2019 en junio.
Algo similar sucede en el caso de la inflación, ya que aunque el índice general ha caído rápidamente durante la primera parte del año, hasta situarse por debajo del 2% en el avance de junio, la inflación subyacente y la alimentaria se mantienen en niveles «preocupantemente elevados» y los tipos de interés continúan su escalada, avisan desde Fedea.
EL CRECIMIENTO DE LA RECAUDACIÓN TENDERÁ A RALENTIZARSE
Finalmente, la Fundación ha llamado la atención sobre la evolución de los ingresos tributarios, que en los últimos años han crecido claramente por encima del PIB sin que haya habido incrementos significativos de los tipos de gravamen de los grandes impuestos.
La evolución de las principales bases tributarias sugiere, según Fedea, que puede haberse producido una cierta afloración de actividad económica anteriormente sumergida, quizás como resultado de un cambio de actitudes ligado a la pandemia.
A esto habría que sumar, sin embargo, otros factores de carácter transitorio, incluyendo el embalsamiento de la demanda durante la pandemia, el fuerte repunte de la inflación y un rápido crecimiento de las rentas públicas financiado con deuda, lo que hace pensar que «el crecimiento de la recaudación tenderá a ralentizarse en el futuro próximo».