Todos lo sabemos: en el mundo del sonido hay un fabricante de altavoces y auriculares que figura en la cúspide de la calidad de elaboración de aparatos de escucha, la empresa británica Bowers & Wilkins, o B&W. El prestigio de la marca fundada en 1966 por John Bowers es fácilmente rastreable: es el socio oficial suministrador de altavoces de los estudios de grabación más famosos del mundo, los Abbey Road Studios, propiedad, en la actualidad, del poderoso consorcio musical Universal Music Group, el lugar en el que los Beatles grabaron sus discos, además de otros muchos artistas, desde Pink Floyd a Kanye West, pasando por Amy Winehouse, Lady Gaga, Oasis o Radiohead…
Sus productos no sólo son el banco de pruebas de los profesionales, sino objeto de deseo de los auténticos sibaritas del sonido, y para ellos han nacido los modelos 801 D4 Signature y 805 D4 Signature. Aunque la nomenclatura numérica pueda hacer creer lo contrario, los 801 son los más altos de gama: la pareja cuesta 50.000 euros, mientras que los 805 se quedan en unos también respetables 12.000 euros.
El apellido “signature” lo reserva la marca para las versiones profusamente mejoradas de sus altavoces y tecnologías existentes. Desde la creación de la marca en 1966, sólo siete series de altavoces han llevado ese apellido, una tradición que se remonta al altavoz Silver Signature de 1991, desarrollado originalmente como homenaje póstumo al fundador de la compañía, John Bowers. Los nuevos modelos están basados en los modelos previos 801 D4 y 805 D4, que son la base de sus respectivos diseños, pero incorporan componentes cuidadosamente mejorados y nuevos y lujosos acabados, representando la cumbre del actual trabajo de desarrollo y diseño de Bowers & Wilkins y, como tales, pueden considerarse los nuevos buques insignia de la cartera de cajas acústicas de la compañía.
Dados a conocer el pasado 28 de junio, nosotros pudimos escucharlos en primicia mundial el pasado mes de mayo y las sensaciones son abrumadoras. Provistos de cedés e, incluso, un súper audio cedé con música vocal del compositor alemán Karlheinz Stockhausen –su obra Stimmung, de 1968, grabada en 2006 por el prestigioso coro Theatre of Voices, dirigido por su fundador, Paul Hillier, para el sello Harmonia Mundi–, pudimos deleitarnos con lo que se puede considerar la absoluta perfección del sonido. ¿Qué quiere decir eso? Que lo que se escucha es la realidad: ni mejorada por la tecnología, ni distorsionada: exactamente lo que su compositor quiso que sonase y cómo él quería que sonase. Otra vez: ¿qué significa eso? Que lo que has estado acostumbrado a oír toda tu vida de una manera determinada puede todavía sorprenderte: si la grabación ha sido buena –lo que sucede en más del 90% de los casos–, lo que ahora vas a escuchar es, sencillamente, impresionante. Si la grabación ha sido mala –lo comprobamos empíricamente con un par de discos de post-rock de los que no vamos a decir su nombre, para no perjudicarlos–, descubriremos su falta de matices.
Además del tweeter Diamond Dome, el nuevo diseño de rejilla de tweeter y el controlador de medios Continuum Cone FST, el 801 D4 Signature incorpora dos potentes woofers de cono aerodinámico de 250 milímetros con imanes de control mejorados, en comparación con el modelo estándar. El nuevo altavoz utiliza una estructura de caja optimizada y material de amortiguación cuidadosamente colocado para reducir significativamente la resonancia no deseada en la parte superior de la caja. El resultado es una mayor transparencia y apertura en el rango medio. El puerto bass reflex del 801 D4 Signature también ha sido rediseñado: ahora está fabricado en aluminio, lo que crea una estructura más rígida y acústicamente más silenciosa, menos propensa a ruidos no deseados. En combinación con los transductores de graves de cono Aerofoil mejorados, el resultado es un sonido de graves aún más limpio, de menor distorsión y más preciso.
Al igual que todos los modelos Signature a lo largo de los años, el 801 D4 Signature se beneficia de cuidadosas actualizaciones de su crossover, cuyo objetivo es aumentar aún más la audibilidad con condensadores de derivación nuevos y mejorados para cada elemento del diseño. La nueva rejilla ofrece una combinación optimizada de permeabilidad y rigidez que transmite aún más energía del tweeter Diamond Dome a la sala, al tiempo que protege el diafragma de contactos y daños no deseados.
Por su parte, según Bowers & Wilkins, el modelo 805 D4 Signature establece nuevos estándares de rendimiento en un formato más pequeño y adaptado al espacio que su poderoso hermano. Al igual que el modelo de mayor tamaño, el 805 D4 Signature incorpora una rejilla de tweeter totalmente nueva para una mayor apertura y transparencia, así como un crossover mejorado con nuevos condensadores de derivación. Además, un sistema de graves/medios totalmente nuevo ofrece un rendimiento mejorado de los transductores de 165 milímetros, que deberían proporcionar una reproducción de medios más limpia y una respuesta de graves ampliada. Por último, la placa de cubierta de aluminio se ha rediseñado mecánicamente para reducir aún más el ruido no deseado y las tendencias a la vibración de la estructura.
Para subrayar su posición y su carácter excepcional dentro de la cartera de Bowers & Wilkins, tanto el 801 D4 Signature como el 805 D4 Signature sólo están disponibles en dos nuevos acabados de pintura exclusivos. El acabado «Midnight Blue Metallic» es el mismo que se utiliza en el emblemático altavoz Nautilus y consta de un total de once capas de pintura y laca que se pulen a máquina para conseguir un acabado brillante. Sin contar el tiempo de secado, sólo el proceso de pintura lleva más de 18 horas de trabajo.
Opcionalmente, ambos modelos pueden adquirirse en chapa de madera “California Burl Gloss” con vetas de madera únicas. La chapa de madera es un material procedente de la producción sostenible del especialista italiano ALPI. Con no menos de catorce capas de laca y varios procesos de lijado, el tiempo total de acabado de una sola 801 D4 Signature en California Burl Gloss es de más de 24 horas.