Muchos hombres trabajan en compañías donde “la cultura del macho” sigue existiendo, lo cual les impide abrirse y expresar sus sentimientos de forma sincera. Ya hemos profundizado en varias ocasiones sobre la salud mental, y la profundidad e importancia que conlleva.
También resulta preocupante el hecho de que muchos hombres no son capaces de sincerarse con sus jefes sobre el impacto que el trabajo está teniendo con su salud y su bienestar.
Estas observaciones vienen dadas por la encuesta realizada a 15000 empleados que formaron parte del Mind’s Workplace Wellbeing Index. 1763 afirmaron estar experimentando inestabilidad en su salud mental. Más de 30 organizaciones formaron parte de esta encuesta, empresas tan conocidas como Deloitte, HMRC, Jaguar, Land Rover y Pepsi.
El estudio ha revelado que uno de cada tres hombres, en total el 32%, relacionan su salud mental con el trabajo, en comparación con el 14% que lo achacan a problemas externos al trabajo. Para las mujeres tanto los problemas externos como el trabajo igual de importantes para la salud mental.
La encuesta también encontró que los hombres buscan mucha menos ayuda, o que no se toman días libres o tiempo para solucionar sus problemas. El 43% de las mujeres afirman haber tomado algunos días libres para lidiar con problemas relacionados con la salud mental, mientras de los hombres solo el 29% lo han hecho en algún momento.
Solo el 31% de los hombres creen posible poder hablar abiertamente de estos temas dentro de las empresas, mientras en las mujeres es un 38%. Mind cree que los hombres intentan lidiar con sus problemas solos, en vez de intentar compartirlos. En vez de hablar de ello, prefieren ver la televisión, hacer ejercicio o darse a la bebida.
Por tanto, debería haber una cultura o unas medidas por parte de las empresas, que asegurase que las personas se sintiesen seguras para hablar. Obviamente va en cada uno abrirse y contar sus problemas, pero si facilitamos las cosas, las personas se abrirán más.