El ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, Santiago Cafiero, ha hecho un llamamiento a «actualizar» el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur al que se había llegado en 2019 para evitar un escenario de «asimetría» entre ambos bloques económicos, que provoca que los esfuerzos realizados por estas regiones sean «desiguales».
En su intervención durante la 62ª Reunión de Mercosur, que se celebra desde este lunes en Puerto Iguazú (Argentina), Cafiero ha defendido que Argentina comparte el objetivo de avanzar en este acuerdo pero ve necesario trabajar y actualizar los textos del año 2019 para que se obtengan «buenos resultados» para ambas partes.
«La profundización del vínculo entre el Mercosur y la Unión Europea es una señal política necesaria en una contexto internacional de conflicto e incertidumbre. Sin embargo, el acuerdo alcanzado en 2019 supone un esfuerzo desigual entre bloques y no responde al escenario internacional actual», ha subrayado.
PUNTOS CRÍTICOS
Entre los puntos a repensar, el Gobierno de Argentina pone el foco en la liberación «desigual» de aranceles entre uno y otro bloque. Mientras que el Mercosur libera aranceles para el 95% de las exportaciones europeas de bienes agrícolas, Bruselas solo los libera para el 82%, según ha explicado Cafiero, con cuotas permanentes sobre algunos productos que han quedado «desactualizadas».
«Esto quiere decir que el margen para las políticas públicas ha quedado más restringido para un bloque que para el otro», ha apuntado
en presencia de sus homólogos del Mercosur.
Asimismo, en el centro de las preocupaciones están las nuevas demandas en materia ambiental por parte de la Unión Europea. El titular de Exterior ha considerado que el texto presentado por Bruselas presenta una visión «parcial» del desarrollo sostenible, excesivamente centrada en lo ambiental, con escasa consideración del desarrollo económico y social.
Entre sus críticas figura que las nuevas obligaciones que plantea la Unión Europea en materia de cambio climático, deforestación o biodiversidad van «incluso más allá» de lo acordado en foros multilaterales. «¿Cómo lo vamos a implementar?», se ha cuestionado
De esta forma, la negativa temporal de Argentina a firmar el acuerdo de 2019 no obedece a cuestiones «políticas» o «emocionales», sino que son criterios objetivos, con especial atención al proteccionismo verde que afecta al comercio, especialmente de los países productos de alimentos y materias primas como los miembros del Mercosur.
COMPROMISO INEQUÍVOCO
Pese a las reticencias, el canciller argentino ha trasladado el compromiso «inequívoco» a abrir el bloque del Mercosur al comercio internacional, poniendo el foco en el acuerdo con la Unión Europea como una oportunidad «concreta» y un vehículo «eficaz» para potenciar el papel del bloque en el escenario global y atraer inversiones.
En este sentido, Cafiero ha reiterado que la clave no es «firmar o no firmar» el texto, sino que se trata de encontrar un acuerdo que permita desarrollar una integración entre bloques que disminuya las brechas, potenciando la producción, el empleo y las nuevas tecnologías a ambos lados del océano.
A su vez, se deben incluir nuevos puntos en el tratado que no se habían abordado en 2019, como es el caso de una cooperación técnica y financiera, siendo este un asunto que ya ha sido debatido entre los países del Mercosur, y que forma parte de la contrapuesta de Argentina.