Lidiar con gente difícil es más fácil cuando la persona es sólo intolerable en líneas generales o cuando su conducta afecta a más de una persona. Es más difícil cuando lo ataca a usted directamente o trata de disminuir su contribución profesional. Algunos hablan pero no escuchan, otros siempre quieren tener la última palabra, algunos no cumplen sus compromisos, otros critican todo aquello en lo que no hayan participado; ¿le suena familiar? Las personas difíciles compiten por poder, privilegios y por estar en primer plano.
Estrategia 1: Estar atento y reaccionar
En opinión de Patricia Evans, autora del libro Gente Controladora, es crucial estar atento a la manera en que la persona controladora trata de meterse en tu cerebro y dictar tu realidad. Por ejemplo, en el trabajo, puede llegar a decir “déjame hacer eso, sabemos que no eres buena con números”. En ese caso, fíjate en el uso de la palabra “sabemos”. Alguien que utilice esa conjugación en una situación como esa, se está tomando la atribución de “conocer” lo que otras personas piensan de tus habilidades. Otro ejemplo en que el individuo controlador dice saber las motivaciones internas de otra persona: “Yo sé por qué tú hiciste esa pregunta en la reunión. Lo que tú quieres en realidad es llamar la atención, adueñarte de un territorio, quedar bien con el jefe”.
Estrategia 2: Basta, significa basta
Algunas veces el comportamiento controlador es reforzado con menosprecio o rabia. En ciertas ocasiones el controlador genera esas situaciones en privado, de manera que no queden “evidencias” de su actitud dañina. A pesar de lo difícil que pueda parecer, los expertos aconsejan dar la cara y hablar. “Algunas veces la gente no quiere hablar para no poner en riesgo su trabajo. Mi experiencia indica que una vez que la persona habla, encuentra que hay 10 personas más que están sufriendo la misma situación”, comenta Stephenson.
Estrategia 3: minimiza el comportamiento del otro
Puedes minimizar el comportamiento controlador de otra persona si rechazas involucrarte en sus términos o reduces la interacción con ella. Eso es importante porque si tu permaneces en un ambiente como ese por mucho tiempo, “comienzas a sentir consecuencias patológicas: te enfermas o empiezas a impactar negativamente a otras personas cercanas en tu vida”, alerta Warner. Al final, si llevas tiempo trabajando con una persona controladora, la mejor decisión puede ser enfocarte en perdonar a la persona.