Está claro que el Phoenix 2 no fue el primer superyate de su difunto propietario. El multimillonario Jan Kulczyk, antaño el hombre más rico de Polonia, tenía una visión clara de lo que quería y reclutó la ayuda de dos de los nombres más importantes del sector –el astillero alemán Lürssen y el diseñador británico Andrew Winch– para dar vida a su sueño Art Déco.
«Lo más destacado a medida que avanzamos es la atención al detalle», dice Rupert Nelson, socio principal de Burgess, que representa al actual propietario del yate de 90 metros. «No es el primer yate del propietario. Obviamente, ha adquirido mucha experiencia de sus barcos anteriores y éste ha sido en gran medida un trabajo de amor». De hecho, aunque podría decirse que Andrew Winch es el diseñador registrado, es el diseño del difunto propietario el que Andrew construyó«.
Al subir a bordo, se podría pensar que se ha entrado en el decorado de una película del Gran Gatsby o que se ha retrocedido en el tiempo al Manhattan de los años veinte. «Hay muchos elementos de los bares clandestinos, los locos años veinte y el Art Déco por todo el barco», dice Nelson. «No hay ninguna razón en particular para elegir Nueva York como tema: son sólo los detalles que el propietario quería recoger».
Me cuentan que el equipo de diseño pasó entre cuatro y seis semanas en Nueva York investigando para los interiores. «Debió de ser una pesadilla a tenor de esos recibos», bromea un representante.
Los resultados, sin embargo, son sorprendentes. Algunos guiños a Manhattan son obvios, como los motivos de rascacielos en los respaldos de las sillas del bar y la silueta del horizonte en las paredes de la sala de cine, pero otros son más sutiles. Me llaman la atención los sillones dorados a medida del salón principal, inspirados en el arco de rueda grande de los coches clásicos de los años veinte, muy populares en Estados Unidos en aquella época.
El tema se extiende por todos los espacios del yate, desde el hueco acristalado del ascensor, por el que se puede seguir un rascacielos desde el fondo hasta la parte superior del barco, hasta el diseño de la alfombra que se extiende a lo largo de una cubierta; sitúese en la proa para ver el diseño completo en todo su esplendor.
Cuando se construyó, el Phoenix 2 presumía de tener los interiores más caros jamás instalados para un yate de su tamaño. «El propietario sobrepasó los límites», afirma Nelson. «Oí que 40 y pico millones de euros, pero no se puede verificar. Basta decir que, en aquel momento, me dijeron que era el interior más caro jamás instalado en un yate. No es necesariamente del gusto de todos y puede que decidan cambiarlo, pero sería una pena porque creo que, en conjunto, todo funciona como una unidad».
Un espacio especialmente impresionante es la suite dúplex del propietario. Es tan enorme que debería rebautizarse como «apartamento», dice Nelson. Cuenta con un salón con vistas panorámicas, un dormitorio con armarios empotrados y un estudio, un baño gigante para él y para ella revestido de mármol blanco y negro, una cubierta privada y una bañera de hidromasaje. Hay otros seis camarotes, dos de ellos VIP, con capacidad para 14 personas en total.
Otra es el formal salón principal, dividido en tres secciones: un salón dorado, un espacio de entretenimiento en rojo intenso (donde hay un piano autoejecutable y una bodega) y una zona de comedor. Este último continúa con la temática musical y los respaldos de las sillas están decorados con imágenes de músicos. Cuando se sirven las comidas, el plato de cada comensal refleja el de su silla. Los músicos también aparecen en una rica obra de bronce en la pared del fondo. Busque la estatua dorada del director de orquesta que los dirige.
En la cubierta inferior también hay un cine Art Déco gigante con máquina de palomitas, un amplio espacio para guardar juguetes y accesorios, y un centro de salud y bienestar con gimnasio, salón de belleza y hammam de azulejos negros y dorados.
Los espacios exteriores son igual de entretenidos. Los huéspedes tienen a su disposición un gran solárium con duchas y un proyector para ver películas bajo las estrellas, una zona de descanso que hace las veces de plataforma de lanzamiento de helicópteros, una piscina con claraboyas sobre el spa y una bañera de hidromasaje. También hay varios servicios de alquiler, como una barbacoa al aire libre, una máquina de golf con pelotas ecológicas que se convierten en comida para peces y un club de playa gigante en el agua. El club de playa funciona también como comedor, donde se puede organizar una cena para un máximo de 28 invitados.
En los últimos años, bajo su actual propietario, Phoenix 2 ha estado disponible para chárter, durante el cual los huéspedes son atendidos por unos 30 tripulantes, incluido un equipo de chefs particularmente especial. La jefa de cocina Daisy, de 27 años, es una de las jefas de cocina más jóvenes del sector de los superyates. Está especializada en cocina internacional contemporánea y cuenta con el apoyo de otro joven talento femenino, su ayudante de cocina, de 22 años, que además es chocolatera de formación.
Phoenix 2 está actualmente a la venta por 124,95 millones de euros (rebajado de 129 millones). Su venta se debe a que los propietarios desean cambiar a un «entorno más ecológico» y alejarse de los motores diésel: «Quizá construyan un velero», revela Nelson. Para quienes deseen un trozo de historia Art Déco flotante, puede que no haya una oportunidad mejor.
Phoenix 2 está actualmente a la venta a través de Burgess y disponible para alquiler a través de Edmiston.
