La marca es mucho más que un logo. Más que una página web o una tarjeta empresarial. Tu marca es tu voz en el mercado empresarial, y la oportunidad que tienes para diferenciarte del resto. Es la forma en la que decides presentar tu historia al mundo, y sin duda es la llave del éxito y de la supervivencia.
La mayoría de los emprendedores entran en el mercado laboral sin una marca, pero con una idea. Esta idea suele contener su alma, ser tan personal que es difícil de explicar a los demás. Generalmente piensan que los demás lo deberían entender de forma automática, como hacen ellos, pero esto dista de la realidad. Y por eso la necesidad de desarrollar un mensaje de marca efectivo.
Tu marca es tu historia, y si no eres capaz de contarla, entonces nadie va a entenderte. Si no eres capaz de comunicar los beneficios que tu marca brinda al mercado, a la economía y al mundo, entonces tienes un problema. Tu marca supone el conocimiento de tus valores.
Como fundador de una compañía debes saber exactamente cuáles son tus valores. Eres el autor de tu historia, tu misión y tu razón de ser. Cómo cuentes todo eso es precisamente tu trabajo.
Poner marca es democratizar tu producto o tu servicio, pero tienes que ser consciente de la importancia de tu historia en todo momento.