No hay día que no se publique alguna noticia en cualquier medio de comunicación de muchos lugares del mundo sobre la Renta Básica (RB), una asignación monetaria incondicional a toda la población. Políticos, académicos o activistas sociales también hablan y escriben a favor o en contra de la RB. ¿Qué tiene esta propuesta que está incrementando su popularidad de una forma acelerada cuando hace escasísimos años era solamente conocida por muy poca gente? Muchas son las razones que han sido aportadas, pero voy a centrarme en tres.
Una es el hecho de que se trata de una medida que rompe con las medidas tradicionales. Y si bien esto ha podido ser motivo, en otros momentos, de resistencia hacia una propuesta tan ‘nueva’ como la RB, en la actualidad, es un motivo añadido de simpatía. Efectivamente, una situación que se caracteriza por que cada vez más es creciente el número de personas que están desengañadas de la política ‘oficial’. Una situación en que se han podido ver fabulosos enriquecimientos, de muy pocas personas, que son acompañados del aumento de las condiciones de precariedad e inseguridad económica de una gran parte de la población.
Situación que se agrava con la falta de perspectivas mínimamente esperanzadoras para la inmensa mayoría de jóvenes. Estas realidades, producto de la particular configuración política de los mercados que ha tenido lugar en los últimos lustros, ayudan a comprender por qué un número creciente de personas considera que la RB ya es una propuesta merecedora de aplicarse de forma lo más inmediata posible. Realidades que contrastan con la opinión de algunos académicos según la cual la RB es una “idea” de interés intelectual, pero que hay que dejar pasar el tiempo, cuanto más a largo plazo mejor: ese pretexto que sirve a muchos pusilánimes para inmovilizar propuestas que intentan hacer frente a los retos realmente perentorios.
Son interesantes al respecto los datos de una reciente encuesta realizada en 28 Estados de la UE en donde puede observarse que votarían a favor en un hipotético referéndum por una RB el 75% en Italia, el 69% en Reino Unido y el Reino de España, el 68% en Alemania, el 65% en Polonia, el 60% en Francia… Y aquí cabe solamente apuntar una característica muy interesante de la RB: a medida que se conoce más, más apoyo recibe. Al principio, cuando alguien conoce la propuesta por primera vez, es muy fácil que se deje atrapar por las críticas más inmediatas: “mantendríamos a vagos”, “nadie trabajaría”, “nos va a invadir la inmigración”, “no se puede financiar”… pero a medida que se va conociendo algún detalle más de la propuesta, recibe más apoyo. Porque se comprende con rapidez que son objeciones fácilmente contestables.
La segunda razón reside en el convencimiento por cada vez más personas, de una cuestión fundamental de que la RB se pueda financiar, como ha mostrado algún estudio. Hasta hace pocos años, el escepticismo de que la RB no se podía financiar estaba muy extendido. Financiar una RB es mucho más fácil de lo que puede parecer. Ahora las críticas ya son parciales. Ya no están centradas en el aparentemente imbatible “no se puede financiar”, sino en aspectos muchísimo más modestos del tipo: “sale perdiendo el 65% de la séptima decila”, “debería financiarse con otros impuestos además del IRPF”…
Y la tercera es que se trata de una medida que cada vez más personas entienden que permitiría de forma inmediata aliviar la situación cada vez más insostenible de millones de personas (recuérdese que están situadas bajo el umbral de la pobreza casi una persona de cada cinco solamente en el Reino de España). La pobreza no es solamente carencia material, la pobreza es causa de la falta de libertad de muchas personas. La RB es una propuesta que permitiría garantizar la existencia material a toda la población. La libertad es algo que jamás puede disfrutar una persona cuya existencia material no esté garantizada. El gran republicano del siglo XVII James Harrington lo dijo, entre otro muchos, de forma fantástica: “El hombre que no puede vivir por su cuenta debe ser un siervo; pero el que vive por su cuenta puede ser un hombre libre.” Y todavía hay muchas personas que consideramos que la libertad debe defenderse.
DANIEL RAVENTÓS
Profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la UB y presidente de Red Renta Básica.