No cabe duda de que la biodiversidad es un factor que preocupa a la sociedad. Está perdiéndose poco a poco, lo cual constituye una amenaza importante para nuestra existencia a la que, no obstante, los inversores, las autoridades y la sociedad no han prestado la debida atención por la incapacidad de medir y valorar fácilmente lo que es. No obstante, las partes interesadas están tomando conciencia paulatinamente: en la COP 26, más de cien líderes mundiales prometieron poner fin a la deforestación para 2030. La ONU cuenta con un Plan Estratégico para los Bosques hasta 2030. La UE ha publicado una estrategia para revertir las pérdidas de biodiversidad de la UE en 2030 y en junio de 2022 la CE adoptó propuestas con objetivos explícitos de recuperación de la naturaleza.
Los inversores y los consumidores están empezando a reconocer el valor de la biodiversidad, lo que proporciona un importante impulso al crecimiento de la inversión. Con todo, la inversión actual es de apenas 133.000 millones de dólares o el 0,1% del PIB mundial. Se necesitan 144 billones de dólares más para financiar soluciones centradas en el cambio climático.
Estrategia focalizada en la biodiversidad
A medida que se va adaptando a los riesgos físicos derivados de la pérdida de biodiversidad, la industria de la inversión está fijándose en los activos potencialmente vulnerables u obsoletos y empieza a evaluarlos de nuevo, a revisar a la baja sus valoraciones.
Las propias causas de la pérdida de biodiversidad están generando soluciones que alterarán el tejido económico mundial. Muchas cadenas de valor se transformarán, como los vehículos de combustión interna, la industria cárnica, el plástico y muchas más.
Beneficios de invertir en este espacio
Pensamos que la biodiversidad es una megatendencia incipiente y engloba un amplio conjunto de soluciones con un margen significativo para que aumente su penetración en el mercado. Estamos ante una temática de largo recorrido respaldada por motores de crecimiento duraderos.
Los mercados son propensos al cortoplacismo y no aprecian la duración del crecimiento de las empresas expuestas a la biodiversidad. Esta característica, junto con el análisis fundamental de las acciones, puede traducirse en una rentabilidad superior a la del índice de referencia lo largo del tiempo.
Además de ayudar a proteger la biodiversidad canalizando capital hacia las soluciones que la favorecen, está temática tiene otras ventajas. Concretamente, invertir en las soluciones adecuadas en el ámbito de la biodiversidad debería ayudar a los inversores a proteger sus carteras contra los riesgos de la transición a una economía mundial más sostenible. En primer lugar, los riesgos de desintermediación, puesto que muchas cadenas de valor se verán perturbadas. Igualmente, los riesgos reglamentarios, ya que el aumento de la intervención pública, en forma de reglamentos y políticas en respuesta a los riesgos que plantea la naturaleza, conducirá a un aumento de los costes de cumplimiento normativo. A ello hay que sumarle los riesgos de litigio. Se ha producido un fuerte aumento en el número de litigios relacionados con el cambio climático; así, se han identificado 1.587 casos entre 1986 y 2020. Y, en último lugar, se han de considerar los riesgos reputacionales.
La falta de atención a la biodiversidad puede dar lugar a depreciaciones de las marcas y a pérdidas de clientes.
*Velislava Dimitrova, gestora de Fidelity Funds Sustainable Biodiversity Fund.